Además de la importante tarea investigativa, desde el Laboratorio de Microscopía Electrónica de la UNMDP realizan fotografías artísticas, mediante el coloreo de las imágenes generadas por un microscopio, con el objetivo de generar un puente entre la ciencia y el arte.
(Arriba) Polímero modificado. Material compuesto para la protección de calor de la tobera de naves espaciales. Material perteneciente a la Dra. Lucía Azaro de la división Compuestos Estructurales Termorígidos del INTEMA).
Por Agustín Casa
La ciencia permite ver otros mundos, que están allí, pero no son accesibles a la vista humana. El mundo microscópico sorprende con su diversidad de figuras, texturas y contornos. Un microscopio abre las puertas al conocimiento de distintos materiales y muestras biológicas. Al mismo tiempo, las fotografías del mundo microscópico trazan puentes con el arte. Una imagen intervenida, es decir, coloreada según determinados criterios científicos y/o artísticos puede transformarse en un novedoso canal de divulgación para la ciencia.
Desde hace 20 años, en Mar del Plata funciona el Laboratorio de Microscopía Electrónica de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), el cual se encuentra en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Mónica Oppedisano es Licenciada en Ciencias Biológicas y la responsable del laboratorio. La idea de colorear las fotografías surgió hace cerca de dos años, cuando junto a su pareja, el Licenciado Hugo Benavídes, comenzaron a darle color, con un programa de edición, a las imágenes generadas por un microscopio electrónico de barrido, con el cual trabajan hace 16 años.
En diálogo con Citecus, Mónica habló sobre cómo es el proceso para generar estas fotografías artísticas. “El microscopio electrónico nos brinda una imagen en blanco y negro por el efecto de los electrones”, advirtió y luego detalló: “El color se va poniendo de acuerdo al gusto que una tiene, no quiere decir que en realidad estas estructuras sean de ese color. Algunas pueden coincidir un poco. Por ejemplo, a un ácaro, parásito de una abeja, se lo ve en su tamaño original como una cabeza de alfiler, de menos de 1 mm, de un color amarronado”.

En la actualidad, cuentan con 25 fotografías de mil aumentos aproximadamente, es decir, mil veces más grandes que su tamaño original. El año pasado celebraron los 20 años del laboratorio con una exposición para mostrar un puente entre la ciencia y el arte. “La inauguramos en la Casa del Balcón. También estuvo en el Museo MAR. La idea es que la muestra sea itinerante”, resaltó. Asimismo, destacó la reacción del público que observa las fotos: “Se ve cómo la gente se prende y le llama la atención las estructuras. Algunas se asustan con la boca del ácaro. Pero está muy bueno y es muy lindo verlo”. Las imágenes volverán a estar en exhibición el 31 de enero y el 1° de febrero en el Museo MAR, en el marco de La Noche de las Ideas.
“El laboratorio es como mi otro hijo”, afirmó Mónica Oppedisano, quien presentó un proyecto para su conformación en 1995 y es la única persona que trabaja en el laboratorio. Respecto a las funciones del mismo, la licenciada describió: “Es un laboratorio de servicios para investigadores de la UNMDP, de otros organismos como el INTEMA, el IIB, el Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario, entre otros. Hay un montón de institutos científicos que vienen a realizar observaciones en este microscopio electrónico. La tarea fundamental es brindar servicios”.

Asimismo, contempla actividades de extensión y docencia para el nivel universitario y el nivel secundario. “Armamos algunos proyectos de extensión para conectar a los jóvenes con la vocación científica. Las visitas guiadas que hacemos con colegios secundarios son numerosas. El laboratorio está abierto a toda la comunidad, también a empresas privadas”, relató. En ese sentido, afirmó que en ocasiones llevan adelante proyectos con escuelas secundarias, que incluyen la observación de alguna muestra y luego colorear las imágenes de las mismas.
En cuanto a las líneas investigativas asociadas a proyectos que requieren análisis de muestras, subrayó que tienen numerosas aplicaciones, entre las que enumeró: “Superficie en cerámicos, desgaste y corrosión de recubrimientos, microanálisis elemental y cuantitativo de cualquier muestra, se pueden ver fallas mecánicas y de soldaduras, materiales poliméricos para proyectos biomédicos, estructuras porosas e impresión 3D, zoonosis parasitaria, alimentos, etc.”.

Por otra parte, el Laboratorio de Microscopía Electrónica de la UNMDP está adherido al Sistema Nacional de Microscopía Electrónica, dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, y es el único del sudeste bonaerense que forma parte de ese sistema. “Cualquier persona del país puede pedir un turno con nosotros de manera online”, indicó Mónica, quien remarcó que este laboratorio “está catalogado como uno de los laboratorios que analizan mayor diversidad de muestras”.
“A través de este tipo de investigaciones, un científico puede corroborar muchos de los estudios que hace de los materiales por otras vías. En un microscopio electrónico podemos llegar a ver cómo se comporta un material, o la estructura o microestructura de un organismo, porque podemos llegar a visualizarlos a aumentos que pueden llegar, en los instrumentos más modernos, hasta casi un millón de veces. Así que es muy importante para el estudio de los materiales y de los organismos”, aseguró. No obstante, aclaró que con el microscopio utilizado en su laboratorio suelen trabajar con hasta 50.000 aumentos, aunque se trata de una herramienta que puede llegar hasta los 100.000 aumentos.
Además, hizo referencia a cómo es el proceso previo a la observación. “En cuanto a la preparación de muestras, cada una es un mundo. Si agrupamos a las muestras biológicas, en el caso de aquellas que son blandas y que no soportan el bombardeo electrónico de los electrones del microscopio, hay que prepararlas con procesos químicos, que consisten en una fijación, una deshidratación y un secado de la muestra”, explicó. En este marco, continuó: “Con los materiales es un poco más sencillo porque la mayoría de las muestras son sólidas, duras. Entonces, esas muestras no necesitan una preparación, salvo el metalizado. Antes de ser vistas en este microscopio, todas las muestras se deben metalizar. Es una capita de oro, de 100 ángstrom de espesor, que forma un recubrimiento”.
Para este laboratorio que cumple tareas indispensables para el desarrollo de distintos proyectos de investigación que tienen base en Mar del Plata y la región, la vinculación con el arte, las actividades de extensión y las muestras fotográficas también son importantes. De esta manera, las imágenes artísticas generadas por Mónica y Hugo –algunas acompañan este texto– permiten ingresar a un nuevo mundo y, por qué no, despertar interés por la ciencia en la comunidad.

Imágenes: gentileza del Laboratorio de Microscopía Electrónica de la UNMDP.
Foto Principal de la nota: polímero modificado. Material compuesto para la protección de calor de la tobera de naves espaciales. Material perteneciente a la Dra. Lucía Azaro de la división Compuestos Estructurales Termorígidos del INTEMA).
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