Entrevistas

Coronavirus: transmisión por aerosoles y ventilación de ambientes

La viróloga Lucía Cavallaro y el físico Jorge Aliaga cuentan cómo se transmite el SARS-CoV-2 y cuál es la manera adecuada de ventilar los ambientes cerrados para reducir el riesgo de contagio.

 

Por Agustín Casa /

El foco está en el aire. El uso de barbijo y el distanciamiento social son acciones cotidianas que venimos respetando hace más de un año, junto con el lavado de manos y la limpieza de superficies. Hace algunos meses, a partir del conocimiento de que el SARS-CoV-2 se transmite por aire, se incorporó como medida preventiva la ventilación de ambientes, una acción que tiene como objetivo reducir el riesgo de contagio en ambientes cerrados, los lugares más riesgosos para la transmisión del virus.  

¿Cuáles son las vías de transmisión del coronavirus SARS-CoV-2? Según un documento de recomendaciones elaborado conjuntamente por el Ministerio de Salud y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, el coronavirus se transmite por partículas que se emiten al respirar, toser o hablar (gotas –que son mayores a 100 μm– o aerosoles, aquellas partículas de menor tamaño), o fómites (contacto con superficies contaminadas con el virus que luego llevamos a los ojos, nariz o boca).

En cuanto a la transmisión por aire, se pueden diferenciar partículas de mayor y menor tamaño. Desde el principio de la pandemia, se sabe que las gotas –partículas de mayor tamaño– que se producen al estornudar, toser o hablar pueden llegar a la boca, la nariz o los ojos de alguna persona que esté cerca y que esas gotas pueden depositarse en alguna superficie ubicada en un rango de dos metros. Por eso, es tan importante el uso correcto de barbijo y los dos metros de distancia.

Hoy también se sabe que la transmisión por aerosoles tiene una gran preponderancia. ¿Qué son los aerosoles? Son las partículas de menor tamaño producidas en gran cantidad en todas las actividades respiratorias (respirar, hablar, toser o estornudar) y contagian al ser inhaladas, define el mencionado documento. Asimismo, la producción de aerosoles aumenta con el tono de voz y con la actividad física”. 

Si bien el distanciamiento social es una de las acciones de cuidado más importantes, en espacios cerrados se deben extremar los cuidados porque “el SARS-CoV-2 se puede transmitir a través de aerosoles a una distancia mayor a 2 metros ya que permanecen en el aire y se acumulan si la ventilación del lugar no es suficiente. Este punto es clave para comprender de mejor manera cómo se producen los contagios y es una información valiosa de cara a la llegada de las bajas temperaturas.

El SARS-CoV-2 se transmite por aire

La vía más importante de transmisión del coronavirus son los pequeños aerosoles que quedan suspendidos en el aire. Es un virus que se transmite fundamentalmente por aire. El año pasado le pusimos mucho hincapié a la transmisión por superficies. No es que no pueda ocurrir, pero tiene un rol mucho menor de lo que creímos en un principio, cuenta a Citecus Lucía Cavallaro, doctora en Virología, profesora de Virología de la UBA y presidenta de la Sociedad Argentina de Virología (SAV)

Ante el rol de la transmisión por aerosoles, la viróloga pone el foco en la necesidad de ventilación de los ambientes cerrados: En un ambiente donde puede haber algún individuo que está infectado liberando virus al medio, y que comparte ese espacio no ventilado con gente, aumenta mucho la probabilidad de contagio

La especialista explica que al hablar se produce un spray de partículas de secreciones respiratorias, microgotas de distinto tamaño” y que “si hay virus en el tracto respiratorio, esas gotitas de distintos tamaños van a ir cargadas con virus. En este sentido, remarca que al ser transportada por estos aerosoles, la partícula viral puede permanecer infectiva por más tiempo. Al tratarse de gotitas tan pequeñas –aerosoles–, en espacios mal ventilados se estima que pueden tardar 10 a 12 horas en sedimentar”. 

El gráfico muestra el riesgo de contagio por gotas y aerosoles. / Captura del documento de recomendaciones de los ministerios de Salud y Ciencia.

La ventilación como acción preventiva

Como el coronavirus se transmite principalmente por aire, es importante mantener los ambientes ventilados. La recomendación fundamental para poder protegernos en cualquier ambiente –uno puede pensar en una oficina, un estudio de radio, un aula, un consultorio– es que tiene que estar ventilado, asegura Cavallaro. 

Ante la llegada del invierno, época del año en que muchas actividades se realizan en espacios cerrados y suele haber menos renovación de aire, la viróloga destaca que es primordial la ventilación cruzada y constante. Podés tener la calefacción prendida, pero vas a tener que tener una ventana y alguna puerta abierta, o dos ventanas enfrentadas, para que haya circulación. Esa recomendación se extiende a los medios de transporte, como un colectivo, un vagón de tren o un vagón de subte”, detalla.

Según la presidenta de la SAV, con la ventilación de ambientes y la circulación de aire se busca alcanzar una calidad de aire que disminuya la probabilidad de transmisión del virus si hubiese alguien que está aportando a ese ambiente”.

De esta manera, la ventilación se vuelve una medida central para reducir el riesgo de transmisión en espacios cerrados, pero debe estar acompañada de otras medidas como el uso correcto de barbijo, el distanciamiento y también se debe prestar atención al tiempo de permanencia en el lugar. Según el documento de recomendaciones: “Las principales características del ambiente que condicionan la transmisión aérea de COVID-19 son el tamaño del lugar y la ventilación. En ambientes con poca ventilación los aerosoles tenderán a acumularse, mientras que en lugares con buena circulación de aire exterior la concentración de aerosoles se diluye. De esta forma, lugares más grandes y con mayor ventilación reducen el riesgo de contagio.

Asimismo, Cavallaro hace referencia a aquellos espacios que no cuentan con ventilación natural. “Cualquier ambiente que no tenga la posibilidad de ser ventilado, la única manera de que pueda ser utilizado en condiciones seguras sería que tuviese un equipo de aire con filtro de alta eficiencia, sino un extractor de aire que saque ese aire hacia afuera y tener un aire acondicionado que esté tomando todo el tiempo aire de afuera. Los equipos Split son los más desaconsejados para un ambiente cerrado porque recircula todo el tiempo el mismo aire”, sostiene.

La ventilación de ambientes es una medida fundamental para reducir el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 en espacios cerrados.

La aceptación de la OMS

A partir de una actualización del pasado 30 de abril –en la sección de preguntas y respuestas sobre COVID-19 de su sitio web, versión en inglés–, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la transmisión vía aerosoles: “El virus puede propagarse desde la boca o la nariz de una persona infectada en pequeñas partículas líquidas cuando tose, estornuda, habla, canta o respira. Estas partículas varían desde gotitas respiratorias más grandes hasta aerosoles más pequeños.

Asimismo, el sitio de la OMS indica que la evidencia actual sugiere que el virus se propaga principalmente entre personas que están en contacto cercano entre sí, generalmente dentro de 1 metro (corto alcance). Una persona puede infectarse cuando se inhalan aerosoles o gotitas que contienen el virus o entran en contacto directo con los ojos, la nariz o la boca.

El virus también se puede propagar en entornos interiores mal ventilados y/o concurridos, donde las personas tienden a pasar períodos de tiempo más prolongados. Esto se debe a que los aerosoles permanecen suspendidos en el aire o viajan más de 1 metro (largo alcance), afirma la OMS en su página web.

Por su parte, el citado documento de recomendaciones del Estado argentino incluye variables como la proximidad y el tiempo de exposición. “El contagio en proximidad –a menos de 2 metros– puede ocurrir durante un tiempo de exposición relativamente corto. Tanto la exposición a gotas como a aerosoles es alta para aquel que se ubica cerca de la persona infectada, señala y resalta: Si el tiempo de exposición es prolongado, es decir si estamos durante un largo tiempo en el mismo ambiente que un caso sospechoso o confirmado, es posible inhalar suficiente cantidad de aerosoles, y que se transmita el SARS-CoV-2, a pesar de haber permanecido a más de dos metros de distancia.

Ventilación y medición de dióxido de carbono

Como dijimos, la ventilación es una medida central para reducir el riesgo de contagio en espacios cerrados. Saber si un ambiente se encuentra adecuadamente ventilado es una herramienta significativa para esa acción. Esto se puede medir a partir de la cantidad de dióxido de carbono en el ambiente. 

Cuando respiramos, pero mucho más cuando hablamos, cantamos o gritamos, además de emitir aerosoles, transformamos parte del oxígeno en dióxido de carbono como parte de nuestro proceso de metabolismo. Entonces, si estamos en un ambiente cerrado, va a disminuir el oxígeno y va aumentar el dióxido de carbono con respecto al aire libre. Si tenemos un instrumento para medir el dióxido de carbono, cuanto más elevado sea comparado con lo que medís al aire libre, eso te da una idea de que el aire está más respirado. Cuanto más parecido sea el nivel de adentro al de afuera, entonces más parecido es el aire al del exterior, más renovado está y hay menos riesgo de contagio, comenta a Citecus Jorge Aliaga, doctor en Física, investigador independiente del CONICET, secretario de Planeamiento y Evaluación Institucional de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) y docente de la misma universidad. Además, integra el comité asesor del Gobierno bonaerense.

Desde el año pasado, Aliaga estuvo en contacto con el ingeniero español José Luis Jiménez, profesor e investigador de la Universidad de Colorado (Estados Unidos). Jiménez es especialista en temas como aerosoles y química atmosférica y lleva adelante el grupo Aireamos, que trabaja en el desarrollo de sensores de dióxido de carbono y en la difusión de guías para saber medir cuándo es necesario ventilar un ambiente. Aliaga buscó en línea de qué manera se podía generar un medidor de bajo costo y compró los elementos necesarios por internet. Desde su casa, se puso a trabajar en un prototipo y subió a su página web el circuito y las instrucciones para que quienes tengan el conocimiento y las herramientas a disposición puedan armar un medidor de dióxido de carbono de bajo costo.  

Simplemente lo construí, lo probé, vi que andaba y lo puse a disposición para el que quiera. De hecho, para una escuela técnica o para alguien que tenga algún conocimiento mínimo de electrónica es muy fácil de hacer”, reconoce. La UNAHUR tomó esta iniciativa y generó acuerdos para fabricar y entregar unos 400 medidores de dióxido de carbono a escuelas de los municipios de Hurlingham y Morón.

La Universidad Nacional de Hurlingham firmó convenios para entregar medidores de dióxido de carbono a escuelas de Hurlingham y Morón. / Foto: UNAHUR.

Si bien existen distintos tipos de medidores de dióxido de carbono, los más adecuados son los que utilizan sensores de infrarrojo no dispersivo (NDIR, por sus siglas en inglés). Estos sensores tienen un láser que emite una luz de una determinada frecuencia que es justo la frecuencia que es absorbida por el dióxido de carbono y no por otros gases que están en el ambiente. Cuanta más luz es absorbida y cuanta menos luz te llega es que hay más moléculas de dióxido de carbono en el ambiente. Es muy precisa, indica Aliaga.  

Lo que hacen estos sensores es medir el porcentaje de dióxido de carbono en el ambiente. Al aire libre, se estima que la proporción de dióxido de carbono es de 400 partes por millón (ppm), es decir, el 0,04 por ciento de la composición del aire. Según las recomendaciones de los ministerios de Salud y Ciencia, en un ambiente cerrado la ventilación es adecuada cuando el nivel de dióxido de carbono no supera las 700-800 ppm

Respecto a la ventilación, Aliaga explica: “Se busca la forma de que el aire que está adentro sea recambiado por aire de afuera. Esa es la forma más fácil de bajar el nivel de dióxido de carbono, asumiendo que al mismo tiempo que se va el dióxido de carbono –que se lo lleva el aire– se van los aerosoles. Entonces, si el dióxido de carbono bajó, los aerosoles del ambiente deben bajar”.

En esta línea, el físico justifica por qué es importante no superar las 700 u 800 ppm de dióxido de carbono en espacios cerrados.Si el nivel de dióxido de carbono no supera las 700 a 800 partes por millón –es decir, no más de 300 a 400 de lo que hay al aire libre– vos tenés menos del 1 por ciento de probabilidad de respirar el aire que respiró otro. Menos del 1 por ciento cada vez que se respira, y se respira unas 10 veces por minuto, detalla. 

Cuadro comparativo del nivel de dióxido de carbono en un ambiente en relación al nivel de ventilación en ese mismo espacio. / Captura del documento de recomendaciones de los ministerios de Salud y Ciencia.

Por esto, en espacios cerrados es importante el uso correcto de tapabocas –bien ajustado a la cara y sin filtraciones–, mantener una distancia de al menos dos metros y tener una ventilación continua para que no aumente la proporción de dióxido de carbono en el ambiente.

La ventilación recomendada debe ser continua, cruzada, distribuida y medida”, asegura Aliaga. En primer lugar, que la ventilación sea continua quiere decir que es mejor tener una ventana abierta o una puerta abierta y no abrirla cada cierto tiempo. “Es mejor que nunca suba el dióxido de carbono y nunca se acumulen aerosoles, de forma tal que el riesgo sea bajo, y no que cada tanto, cuando llega a un nivel peligroso, se lo haga bajar, añade. 

La ventilación cruzada se logra cuando se abren dos ventanas enfrentadas o una puerta y una ventana enfrentada en un ambiente. Si vos solo abrís la ventana, no alcanza. Vos querés que el aire se mueva, entonces, la mejor ventilación es la cruzada, advierte.

Respecto a la ventilación distribuida, se hace referencia a que si se cuenta con varias ventanas o puertas en el ambiente, se recomienda abrir un poco cada una. En tanto, que sea medida significa que se monitoree el ambiente con los mencionados medidores de dióxido de carbono.

Sobre las ventajas de medir dióxido de carbono, Aliaga remarca que le pone número a algo que es invisible y justamente permite ver el riesgo de contagio en el caso de un ambiente mal ventilado. Pero también es muy útil ante la llegada de las bajas temperaturas. Cada vez va a hacer más frío, con lo cual va a ser cada vez más difícil que la gente abra las ventanas. Es decir, la tendencia a cerrar va a ser cada vez más grande. Argentina tiene una tasa de enfermedades respiratorias muy importante, enfermedades que se dan en invierno por estar mucho tiempo en lugares poco ventilados. Entonces, esto lo que te permite es que, cuando vos ves que el dióxido de carbono sube, abrís un poco la ventana y te permite regular. Cuanto más diferencia térmica hay, más circulación de aire hay, comenta. 

Como se ha dicho, la recomendación es que la ventilación sea constante. En este sentido, el documento de recomendaciones expresa que en escenarios de bajas temperaturas, para una correcta ventilación, se deben mantener abiertas las ventanas como mínimo 5 cm de manera constante.

¿Cómo debe ser la ventilación cruzada y continua en los medios de transporte? En el auto, se recomienda la apertura de una ventanilla de adelante y una ventanilla de atrás, del lado contrario (por ejemplo, ventanilla derecha de adelante y ventanilla izquierda de atrás), por lo menos 5 cm, destaca la guía. En tanto, en un colectivo se recomienda abrir como mínimo una ventanilla en la parte de adelante y otra en la parte de atrás, del lado contrario (por ejemplo, ventanilla derecha de adelante y ventanilla izquierda de atrás)

La ventilación de los ambientes llegó para quedarse. Si bien se avecinan las bajas temperaturas y se tiende a cerrar las ventanas, la ventilación será una acción preventiva que nos acompañará todo el invierno. Se trata de una medida central para reducir el riesgo de contagio en espacios cerrados. Mientras avanza la campaña de vacunación, este año el foco estará en seguir cuidándonos con el uso de barbijo, el distanciamiento social, el lavado de manos y la ventilación.

Foto principal: Télam.


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