Federico Isla (investigador de CONICET Mar del Plata) formó parte de un equipo de más de cien científicos de todo el mundo que realizó un informe sobre las variaciones generadas por el cambio climático en los océanos y en la criosfera.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) presentó a finales de septiembre el Informe especial sobre el océano y la criosfera en un clima cambiante, tras ser aprobado por 195 gobiernos Miembros que forman parte de este órgano de Naciones Unidas.
En total, participaron de las distintas instancias de desarrollo del informe unos 104 autores y editores-revisores (31 mujeres y 73 hombres) de 36 países (de los cuales 19 eran países en desarrollo). Los autores del informe evaluaron los trabajos más recientes referidos a los océanos y la criosfera –que definen como los “componentes congelados” presentes en la Tierra, por ejemplo, los glaciares, las plataformas de hielo, etc. – y citaron cerca de 7.000 publicaciones de revistas científicas.
Dentro de ese grupo, participaron tres especialistas de Argentina: María Paz Chidichimo (es investigadora del CONICET y se desempeña en el Servicio de Hidrografía Naval), Valeria Guinder (es investigadora del CONICET y se desempeña en el Instituto Argentino de Oceanografía) y Federico Isla (es investigador del CONICET Mar del Plata, se desempeña en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras y es director del Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario de la Universidad Nacional de Mar del Plata). Asimismo, Carolina Vera (es investigadora del CONICET y se desempeña en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera) es vicepresidenta de uno de los grupos de expertos del IPCC y a finales de septiembre presidió en Mónaco una de las sesiones en las cuales se discutió el documento.
En la actualidad, el calentamiento global es de 1° C en relación a los niveles preindustriales y esto se debe a las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que genera consecuencias para los ecosistemas y las comunidades. Según se señala en un comunicado del IPCC, el informe evidencia la importancia de limitar el calentamiento global a los niveles más bajos posibles, a la vez que destaca que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero limita la magnitud de variaciones en los océanos y en la criosfera.
Federico Isla (doctor en Ciencias Naturales y géologo), quien formó parte de este trabajo internacional, dialogó con Citecus y se refirió a los alcances del cambio climático. Sobre esta problemática mundial, el especialista detalló: «Normalmente entre los geólogos el cambio climático es aceptado porque sabemos que el clima varió. Lo que más preocupa es este cambio climático inducido por la actividad del hombre. En el año 72 se hizo un congreso internacional para ver cómo iba a cambiar el clima porque se acababa el interglacial y entrábamos en una época glacial. Y en ese momento, un científico dijo que estábamos mandando gases de efecto invernadero que hacen que se prolongue el interglacial porque la atmósfera, al tener más gases de efecto invernadero, se va calentando. Así surgió en 1972 esto que después empezó a corroborarse con los datos del aumento del dióxido de carbono, medidos en el Observatorio Mauna Loa de Hawái. A partir de ahí apareció esto de que estamos enviando gases de efecto invernadero, dióxido de carbono, metano, y eso hace que la atmósfera se vaya calentando. En algún momento se pensó que el océano podría procesar este aumento del dióxido de carbono y hoy día se han dado cuenta que no es suficiente y que la atmósfera se está calentando. Y se está viendo principalmente a través del retroceso de glaciares que es lo más dramático y es quizás lo más evidente».
En este marco, en relación a las consecuencias producidas por el cambio climático, el geólogo destacó que “se derriten los glaciares”, que “están cambiando los climas” y que “interesa el aumento del nivel del mar porque, al derretirse los glaciares, aumenta el nivel del mar y provoca problemas muy serios en algunos países y en algunas ciudades costeras». Al mismo tiempo, particularizó algunos de los efectos del cambio climático en Argentina. “Sabemos que la tendencia es que haya menos agua en el oeste argentino y sobre todo en Chile, que en algunos lugares haya más agua, por ejemplo en la Laguna La Picasa en Santa Fe, donde la ruta 7 ha estado cortada en los últimos cuatro o cinco años debido a que aumentó la cantidad de agua en esta cuenca. Sin embargo, nos vamos más al sur, a los 46° sur, y vemos que el lago Colhué Huapi (en la provincia de Chubut) se está secando. De manera, en un mismo país, a los 34° tenemos aumento de precipitaciones y a los 46° tenemos disminución de precipitaciones”, señaló.
Sobre las variaciones ocasionadas por el cambio climático a escala global, Isla remarcó que se busca estudiar “si puede llegar a ser reversible, pero en algunos temas ya es prácticamente irreversible”. “El tema es reducir las emisiones en los países desarrollados, si pueden, y lo más difícil es que los países en desarrollo empiecen a reducir las emisiones cuando están en desarrollo», advirtió.
En cuanto a la participación en el informe, Isla subrayó que el objeto del trabajo fue “actualizar la información publicada en revistas” para saber “cuál es el papel que juega el cambio climático en el océano”. En esta línea, el especialista recordó que un 72 % de la superficie terrestre es océano y éste juega con entre un 84 % y un 90 % de la cantidad de calor proveniente del sol. En este sentido, comentó: “Todo el programa era sobre variaciones en el océano y en la criosfera. Es decir, lo que es el océano y los dos recursos más importantes donde hay hielo: los glaciares de montaña de todos los continentes, el tema de las calotas (casquetes glaciares) antártica, ártica y de Groenlandia, y el tema de la dinámica de las plataformas de hielo. Las plataformas de hielo antártico son esos grandes glaciares que llegan al mar y están en contacto, están sobre el mar, de manera que es muy importante. Algo que se plantea es conocer bien la dinámica en cuanto a temperatura y salinidad entre las plataformas de hielo y el océano que está por debajo de esa plataforma de hielo».
«Fuimos a la primera reunión de Fiji con lo que conocíamos. Tratamos de actualizarnos, ver la bibliografía de los últimos años. El último informe era del 2013. Había que ver qué era lo nuevo. Ahí me tocó no solamente representar a Argentina, sino a Sudamérica”, expresó Isla. En este punto, el experto buscó información de distintos países desde una perspectiva geológica y también datos mareográficos. “El problema que hay en Sudamérica es que los datos mareográficos son en general de 40 o 50 años. Los registros más largos son los del puerto de Buenos Aires o el de Montevideo. Pero el Río de la Plata es algo muy especial porque tienen un registro muy sesgado de los datos de marea, ya que no está en el mar, sino en las cabeceras del Río de la Plata. Y tiene el efecto de los años anómalos que son las inundaciones ocasionadas por fenómeno El Niño, donde el mareógrafo de Buenos Aires puede estar con un nivel muy alto durante un mes o cuarenta días. También el efecto de las tormentas sudestadas. Ahí es más significativo en el registro de Montevideo, un puerto muy abierto, donde cada vez que hay una sudestada aumenta el nivel del mareógrafo del puerto. De todos modos, lo que más interesaban eran los modelos basados en procesos físicos. Van más allá de los mareógrafos. Hoy lo que hacen es utilizar los satélites con altímetros para ver cómo fluctúa la capa superficial de hielo en diferentes lugares del mundo. Al ver cómo disminuye la topografía del hielo, ellos saben cuánto hielo se está aportando al mar y, de esa manera, saben cuál es la tendencia global», explicó Isla, quien participó de varios encuentros de este proyecto internacional desde 2017 y formó parte de algunos de los grupos de trabajo.
Asimismo, indicó que el informe incluye un capítulo dedicado a “las islas oceánicas, las islas bajas, que son esos países cuyo desarrollo está limitado al aumento del nivel del mar y además al tema de la salinización de los acuíferos”. “Hoy en día son países como las Islas Maldivas, Kiribati, Tuvalu. Es un problema muy serio. Naciones Unidas está muy preocupada por estos países que están muy complicados con los cambios climáticos. De manera que hicieron un informe. Yo sabía del tema y pude participar de varias reuniones, no de la última, pero justamente ahí dijimos que también en Sudamérica hay problemas de este tipo. Por ejemplo, el efecto de El Niño en una villa en Colombia donde se inunda muy seguido o el problema de los Gunas, una comunidad de la República de Panamá, que vive en unas islas sujetas a variaciones muy significativas del nivel del mar que hace que sea una población que tiene que adaptarse o tratar de sobrevivir con estos problemas derivados del aumento del dióxido de carbono y del problema del cambio climático», relató.
Por otra parte, Isla se refirió a la dinámica de trabajo del IPCC y resaltó: «La ventaja de este proyecto del IPCC, comparado con otros en los que intervine en los 90, es que aquí trabajábamos a la par con la gente de las ciencias sociales. Normalmente en todos estos problemas globales siempre se trató de que los que trabajan en temas físicos compartan conocimiento y saquen informes junto a la gente que se encarga de las consecuencias sociales. En este caso, en cada comisión teníamos una mitad volcada a temas físicos, biológicos o químicos, y la otra mitad a las consecuencias sociales. Esto es lo más importante que tiene IPCC».
Cabe destacar que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue creado en 1988, según lo establecido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). El IPCC brinda información científica a los gobiernos, mediante informes elaborados y revisados por científicos de todo el mundo a partir de artículos publicados en revistas científicas, con el objetivo de que dispongan de datos para la elaboración de políticas climáticas.