En marco del Día del Investigador y la Investigadora Científica en Argentina, una ingeniera, un biólogo, una química y un historiador describen qué valor tiene para ellos la investigación científica y cuentan la importancia de que esta actividad se desarrolle desde Mar del Plata.
Por Agustín Casa / Follow @Agustin_Casa
El 10 de abril es una fecha con un peso simbólico importante para la ciencia argentina. Se toma la fecha del natalicio de Bernardo Houssay, Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1947, para conmemorar el Día del Investigador y la Investigadora Científica en Argentina.
La conmemoración es significativa porque Houssay fue pionero en muchos sentidos. En primer lugar, por sus estudios que permitieron entender la diabetes. En segundo lugar, porque fue el primer latinoamericano en obtener un Nobel en el área de ciencias. Y en tercero, porque tuvo un papel protagónico en el nacimiento del CONICET.
Hoy, son más de 90.000 los científicos y científicas argentinas que desarrollan tareas de investigación en el CONICET, en universidades y en instituciones públicas y privadas a lo largo y lo ancho de nuestro país. Y Mar del Plata no es la excepción. La ciudad cuenta con una sede local de CONICET, integrada por diez institutos, la UNMdP nuclea diversos grupos, centros e institutos de investigación en sus diferentes unidades académicas, hay una institución especialista en biología marina, como el INIDEP, una sede del INTA en la región, y algunas universidades privadas también tienen plantilla de investigadores.
En esta fecha especial para la ciencia argentina, desde Citecus dialogamos con investigadores e investigadoras marplatenses de distintas especialidades para conocer el papel de la ciencia, el valor de investigar desde Mar del Plata y los potenciales aportes a la comunidad local.
El valor de la investigación científica
“Es un gran compromiso desempeñarme como investigadora, ya que considero que desde nuestros lugares de trabajo tenemos la posibilidad de cambiarle la realidad a las personas. El desarrollo científico y tecnológico nos da soberanía nacional y nos permite apuntar a mejorar la calidad de vida”, señala a Citecus Vera Álvarez, doctora en Ciencia de Materiales, investigadora del CONICET el en Instituto de Investigación en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA) y docente de la Facultad de Ingeniería de la UNMdP.
Álvarez se dedica a la investigación científica desde hace 23 años. Sus primeros pasos fueron en 1997 cuando, a partir de una beca de Fundación Antorchas, empezó a trabajar en el Laboratorio de Polímeros del INTEMA y realizó su proyecto final de la carrera de grado de Ingeniería en Materiales.
“Toda mi carrera científica la he llevado adelante en Mar del Plata, con estancias en diferentes lugares del mundo que han sido muy valiosas para complementar mi formación”, destaca Álvarez, quien actualmente es la presidenta de la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) y vicedirectora del INTEMA. En esta institución, se dedica al estudio de sistemas portadores de principios activos para aplicaciones en biomedicina, agroinsumos e industria textil.
Por sus trabajos de investigación y su trayectoria, Álvarez ha obtenido reconocimientos como el Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” y el Premio Houssay en el área de Ingenierías, Arquitectura e Informática.
Por su parte, Alejandro Morea es doctor en Historia e investigador del CONICET en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (INHUS) de Mar del Plata. Sus primeros trabajos en el área de investigación comenzó a realizarlos en 2007, durante el período formativo. Luego, en 2018 ingresó como investigador a la UNMdP y en 2019 al CONICET. A excepción de algunas instancias de investigación en el exterior, ha desarrollado toda su carrera científica en la ciudad.
“Son pocos los países donde es posible llevar adelante una carrera como investigador científico, sobre todo en países subdesarrollados, donde la inestabilidad es bastante alta, y con sus vaivenes, con sus cosas buenas y cosas malas, en la Argentina en los últimos años existe esa posibilidad. Así que en algún punto es un privilegio, una responsabilidad, pero también una alegría inmensa porque me permite, además, ejercer una profesión que elegí, que me gusta, que disfruto cotidianamente. Entonces, en ese sentido, es una mezcla entre el disfrute y ese sentido de responsabilidad sabiendo que es una cuestión un poco excepcional en relación a otros contextos”, reconoce el historiador.
Hoy, además de su trabajo en el INHUS, Morea también integra el Centro de Estudios Históricos (CEHis) de la Facultad de Humanidades de la UNMdP y el Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEyS) de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la misma universidad. En la actualidad, estudia las disputas al interior de las comunidades políticas riojana, cordobesa y tucumana entre la revolución y el rosismo.
“Siempre digo que los investigadores somos personas que nos hacemos preguntas y después no nos convencen las propias respuestas, así que vamos por más”, cuenta Diego Rodríguez, doctor en Ciencias Biológicas, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC) y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNMdP.
Al mismo tiempo, el biólogo resalta que “es una gran satisfacción la libertad que te otorga pensar cosas nuevas y tratar de desarrollar nuevos métodos o nuevas ideas” y que “a mí es lo que más me interesa, y me interesó a lo largo de toda mi carrera”.
En tanto, Rodríguez aporta una mirada novedosa sobre la investigación científica: “La investigación es una actividad creativa. Siempre uno asocia la creación con el arte y, en realidad, es una gran actividad creativa, de pensar cosas nuevas y pensar cosas en función de respuestas que otros dieron para ver si nos convencen o no”.
Rodríguez inició su camino en el ámbito de la investigación en 1985, cuando era estudiante, como colaborador en el laboratorio del biólogo Ricardo Bastida en el INIDEP. Desde hace cerca de cuarenta años que trabaja en Mar del Plata en la biología, ecología y conservación de mamíferos marinos, en particular de la costa bonaerense. En el medio, realizó posgrados en Suecia y Estados Unidos.
“Para mí es la posibilidad de poder volcar, a través de mi trabajo, la pasión por el conocimiento y por la observación y el descubrimiento de las maravillas de la naturaleza, al mismo tiempo que puedo contribuir educando a los más jóvenes en el ejercicio del método científico, al que tanto le debemos como humanidad”, detalla Sandra Churio, doctora en Ciencias Químicas e investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Físicas de Mar del Plata (IFIMAR), de CONICET y la universidad.
Churio lleva más de tres décadas y media dedicadas a la investigación científica. Comenzó con sus estudios de posgrado en la UNMdP hacia 1986. Más tarde, realizó estudios posdoctorales en el exterior. Desde 1994, se desempeña como docente del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNMdP y poco después ingresó al CONICET. Su tema de investigación está vinculado al diseño y la caracterización fisicoquímica de sistemas de importancia para la salud y el ambiente.
La importancia de la producción científica desde Mar del Plata
La investigación científica suele hacer foco en temas universales y problemas globales, pero también se encarga de buscar soluciones a problemas a escala local o regional. En ese sentido, contar con una presencia estable de investigadores e investigadoras en Mar del Plata y la región puede favorecer la vinculación entre las instituciones, que se fortalezca el estudio de las situaciones que afectan a las poblaciones locales y la búsqueda de posibles resoluciones.
“El crecimiento de la ciudad ha sido muy importante en los últimos años en muchos sentidos. Y es importante que el sistema universitario, el sistema científico, acompañe también ese crecimiento. Tener una universidad como la nuestra, que en muchos campos de investigación y campos de estudios está en la frontera del conocimiento con investigadores muy destacados y producciones muy destacadas, es importante para apuntalar también ese crecimiento y desarrollo de la ciudad”, indica Morea.
Asimismo, el historiador opina que “en función de las problemáticas que se pueden ir suscitando a medida que la ciudad se va transformando, está bueno tener personas que a nivel local están involucradas en construir respuestas a las preguntas que nos vamos haciendo o encontrar soluciones a esos problemas que van surgiendo”.
Por su lado, Churio comenta que hacer investigación científica desde Mar del Plata “representa una cuota de esfuerzo adicional, en el sentido de que tenemos menor acceso a los grandes centros de ciencia y recursos instrumentales que se concentran en otras regiones del país”.
“Por esto mismo, tiene un mérito extra, y nos deja un enorme espacio para aportar desde la impronta regional, con la oportunidad de abarcar problemas de relevancia para la sociedad local, muy estimulantes y de interés para la actividad productiva de la zona”, asegura la química.
En tanto, Álvarez hace hincapié en el ecosistema científico que se ha formado en la ciudad. En esta línea, la vicedirectora del INTEMA sostiene: “Mar del Plata tiene un ecosistema muy relevante de investigación, con diez institutos de diversas áreas temáticas que integran el CCT CONICET Mar del Plata, muchos de los cuales son doble dependencia con la UNMdP y un gran número de grupos y laboratorios de la UNMdP que llevan adelante investigaciones muy valiosas, no solo de carácter científico básico, sino aplicado y con un anclaje territorial muy importante”.
“Es fundamental también la vinculación de este sistema científico con el medio socio-productivo local para poder trabajar en forma conjunta entre actores de los sectores públicos y privados en pos de desarrollar soluciones a problemáticas locales y regionales, generar productos y servicios con valor agregado y crear empleo genuino y de calidad”, asevera la doctora en Ciencia de Materiales.
En paralelo, Rodríguez –quien también se desempeña como secretario de Ciencia y Tecnología de la UNMdP– afirma que “a pesar de que uno la asocia usualmente con otras actividades, como la pesca, el turismo y demás, Mar del Plata es un centro extremadamente importante de investigación” y que solo en la UNMdP hay más de 2.000 profesionales que hacen investigación científica. A la vez, el biólogo destaca que gran parte de las investigaciones en el área de las ciencias marinas en el país se realizan desde Mar del Plata.
Además, subraya que “es muy importante la interacción que hay entre la industria, la universidad, los institutos de investigación y el CONICET”. “La ciencia y la tecnología aportan mucho a la sociedad desde Mar del Plata”, concluye Rodríguez.
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