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Un ensayo clínico nacional evaluará el uso terapéutico de plasma de recuperados de COVID-19 en pacientes con la enfermedad

Se trata de una estrategia terapéutica para tratar a pacientes con COVID-19 que ya se utiliza en países como China, Estados Unidos e Italia. El Ministerio de Salud de la Nación presentó un plan estratégico y dio a conocer seis centros de salud donde los recuperados de COVID-19 podrán realizar donaciones.

 

El Ministerio de Salud de la Nación puso en marcha, el pasado 17 de abril, un plan estratégico para regular el uso del plasma de convaleciente con fines terapéuticos. Se trata de un ensayo clínico experimental cuyo objetivo es obtener un medicamento a partir del plasma sanguíneo de personas recuperadas de COVID-19. En este sentido, se creó un Registro Único de Ensayos Clínicos en el que se plasmarán la totalidad de los ensayos realizados, de manera tal que se puedan compartir los resultados.

En este contexto, resulta indispensable obtener el plasma de pacientes recuperados para poder procesarlo industrialmente y fabricar un medicamento experimental a partir de las inmunoglobulinas hiperinmunes, componentes de la sangre que se utilizan para tratar enfermedades infecciosas o inflamatorias en pacientes con enfermedades autoinmunes. 

Aquellas personas recuperadas de COVID-19 que se encuentren en condiciones de donar serán convocadas por la Red de Bancos de Sangre públicos y privados. La donación permitirá brindar el tratamiento con plasma a los pacientes internados que cursen la enfermedad. Esto se desarrolla en el marco de un ensayo clínico nacional para evaluar la seguridad y eficacia de este tratamiento.

En esta línea, el Ministerio de Salud definió el pasado 23 de abril seis centros de salud del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para que los pacientes recuperados puedan inscribirse como potenciales donantes de plasma: el Hospital de Alta Complejidad en Red “El Cruce” (Florencio Varela), el Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas (El Palomar), el Hospital General de Agudos Carlos G. Durand (CABA), el Hospital Interzonal General de Agudos Vicente López y Planes (General Rodríguez), la Fundación Hematológica Sarmiento (provincia de Buenos Aires) y la Fundación Hemocentro Buenos Aires (CABA). En este sentido, se informaron correos electrónicos y líneas telefónicas de los centros de salud para que los voluntarios puedan comunicarse

Cabe señalar que el ensayo clínico nacional que se pondrá en marcha es de carácter experimental, ya que al momento no existe información científica que demuestre que los beneficios del empleo del plasma de convalecientes para tratar enfermos de coronavirus supere sus riesgos.

Protocolos

Los protocolos para usar el plasma de pacientes recuperados de COVID-19 en el tratamiento de casos graves de la enfermedad ha sido llevado adelante por un grupo interdisciplinario conformado por más de 70 profesionales, entre los cuales se encuentran investigadores del CONICET. Entre ellos hay expertos en diversas áreas de la ciencia y la medicina, como bioquímicos, hemoterapeutas, infectólogos, virólogos, epidemiólogos e inmunólogos, pero también, por ejemplo, abogados que asesoran sobre cuestiones legales a la hora de armar los protocolos.

El equipo de profesionales autodenominado CPC-19 (Convalescent Plasma COVID-19) está coordinado por Laura Bover, investigadora del M.D. Anderson Cancer Center de Houston (Texas, Estados Unidos). La mayoría de los integrantes son argentinos, alguno de ellos residen en Estados Unidos, que han trabajado ad honorem en la elaboración de protocolos de emergencia para la utilización de plasma de pacientes recuperados de la infección por SARS–CoV-2. Se implementaría en casos severos que no respondan a las terapias aprobadas por el Ministerio de Salud de la República Argentina.

“Para este trabajo tomamos como punto de partida los protocolos que generosamente hizo públicos el Dr. Arturo Casadevall, médico e investigador de la Johns Hopkins University (Baltimore, Estados Unidos)”, señala Bover, quien formó parte del CONICET entre 1979 y 2002. En este sentido, desde su web se puede descargar tanto el protocolo de donación de plasma de pacientes recuperados (denominado “plasma de convaleciente”), como el protocolo de transfusión de plasma para uso clínico de pacientes con un cuadro severo de la enfermedad.

 


La importancia de los anticuerpos del plasma de convaleciente

Gabriel Rabinovich, investigador del CONICET en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET), especialista en inmunología e integrante del grupo conductor de CPC-19 explica:“Alrededor de una semana, o un poco más, después de haberse infectado con el SARS-CoV-2, el sistema inmunológico de una persona empieza a desarrollar anticuerpos que tienen la función, entre otras, de bloquear el ingreso del virus a las células y, finalmente, eliminarlo. Una vez recuperada de la infección, pese a ya no tener más el patógeno en su organismo, esa persona puede continuar teniendo en la sangre los anticuerpos específicos para neutralizarlo. Ese plasma puede ser usado para hacer transfusiones a pacientes que se encuentran en estado crítico y que no responden a otros tratamientos”.

De acuerdo con el protocolo de donación, primero se debe corroborar que la persona que tuvo COVID-19 esté recuperada, para ello se deben dar dos resultados negativos consecutivos a través de la técnica molecular validada que usan el ANLIS/Malbrán y los laboratorios descentralizados.

Luego hay que asegurarse que la persona tenga anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2. Esta prueba podría sumarse a los estudios de aptitud previos que se le realizan a cualquier potencial donador de sangre. 

Una vez que se corrobora que el plasma tiene anticuerpos específicos, hay que chequear que supere en cantidad un determinado umbral. La investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET- Fundación Instituto Leloir) y también parte de CPC-19, Andrea Gamarnik, trabaja junto a su equipo en la puesta a punto de un test que permita titular (es decir, cuantificar) la cantidad de anticuerpos específicos para SARS-CoV-2 presentes en el plasma.

Para finalizar se lleva a cabo un test de neutralización para evaluar si los anticuerpos sirven para bloquear el virus. En palabras de Rabinovich, “hay casos en los que un plasma de convaleciente puede tener un alto título de anticuerpos específicos contra una infección, pero que sin embargo, estos no sean neutralizantes, por eso sería importante, si fuese posible, hacer testeos antes de aplicarlo en paciente críticos a modo terapéutico”.

“Creemos que mientras no existan drogas efectivas para combatir el COVID-19 ni una vacuna para prevenirlo, la transfusión de plasma convaleciente, con alto título de anticuerpos neutralizantes, a pacientes en estado crítico que no responden a otros tratamientos puede ser una alternativa terapéutica válida”, concluye Rabinovich.


 

Fuente: argentina.gob.ar y CONICET.

Foto: argentina.gob.ar

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