El geólogo Federico Isla afirma que con el refulado sería posible recuperar la extensión que tenían las playas de La Feliz hace 60 años y destaca la importancia de un manejo integral de las costas de la provincia de Buenos Aires.
Por Agustín Casa / Follow @Agustin_Casa
“En plena temporada, tenía que atravesar caminando una duna litoral para bajar al balneario del Automóvil Club, al lado del Alfar”, relata el geólogo y doctor en Ciencias Naturales Federico Isla, quien conserva recuerdos de sus veranos en las playas marplatenses. Sin embargo, esa imagen quedó solo en su memoria, ya que esa duna fue erosionada por tormentas en 1971.
El problema de la erosión costera no es nuevo, pero sus consecuencias están a la vista. En el Partido de General Pueyrredón, la erosión costera genera un retroceso de playa de entre 0,7 y 1,3 metros cada año, según las estimaciones de investigadores del Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario (IGCyC), dependiente de la Universidad Nacional de Mar del Plata y la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC).
Sin embargo, para los especialistas es posible realizar trabajos para frenar el avance de la erosión. O más aún: recuperar metros de playa. Según Isla, el refulado –que consiste en tirar arena a través de cañerías con el objetivo de hacer un repoblamiento de arena en la playa– en distintos sectores de la costa marplatense permitiría volver a los niveles de extensión de playa que había en Mar del Plata en las décadas de 1960 y 1970.
“La propuesta es aumentar un metro en altura las playas como eran en los años 60 y 70. No solucionamos nada, pero volvemos a vivir 60 años de playas. No están en perfecto equilibrio, están en erosión, pero uno puede tener las playas que tenía en los años 60 y 70”, cuenta a Citecus Isla, ex director del IGCyC e investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC).
Pero Isla no solo considera que si se logra repoblar de arena las playas pueden recuperarse los niveles de extensión de hace 50 o 60 años, sino que con arena más gruesa se podrían tener playas más acorazadas que las actuales. “En una playa de arena fina que está en erosión, lo ideal es poner arena media-gruesa o conchillas. Esas conchillas van a acorazar la playa. Va a haber erosión, pero va a ser menor que la que hubo en los últimos 60 años”, sostiene.
En este punto, el geólogo destaca que antes algunas playas de la zona céntrica de Mar del Plata tenían arena más gruesa y una mayor pendiente. “Cuando se hicieron las obras de La Perla, se cerraron y se acumuló arena fina. Hoy en día, gran parte de esa arena al norte de La Perla es arena fina, pero además se acumula barro en algunos lugares. En los remansos de algunos espigones hay tierra y se acumula basura”, indica Isla.
¿Cuántos metros de playa se pueden recuperar con esta estrategia de arrojar un metro de arena en altura? “Eso va a depender de las olas y de la pendiente de la playa. Se va a poner el volumen de un metro en altura con relación al ancho de la arena seca, pero gran parte de eso va a ser en la pendiente donde va a gradar de la arena seca a la arena mojada. Van a ser playas más anchas, pero el área que se va a recuperar va a depender de la pendiente natural que tome la playa”, detalla.

Pérdida de playas
En el libro Playas sostenibles en Mar del Plata (EUDEM, 2021), coordinado por Eduardo Vallarino y María Soledad Urrutia, se define a la erosión de playas como un proceso que implica pérdida de arenas y cantos rodados, y su transporte fuera del sistema. “Es un balance negativo entre la cantidad de sedimentos que ingresan al sistema de playa y la que sale, material que es transportado fundamentalmente por las olas y las corrientes costeras fuera de la playa. El resultado es una reducción permanente, periódica o estacional, del ancho y volumen de la playa”, se detalla.
Asimismo, diferencian la erosión de playas de la erosión costera, la cual “se produce por distintos procesos o factores, como la pérdida persistente de sedimentos de la zona costera o la elevación relativa del nivel del mar por fenómenos climáticos o tectónicos”. En este sentido, se destaca que “el resultado es un retroceso de la línea de costa hacia el continente, es decir, un avance del mar que incluso puede comprometer construcciones e infraestructura”.
Según las mediciones realizadas por Isla y su equipo, en el Partido de General Pueyrredón se pierden en promedio entre 0,7 y 1,3 metros de costa al año (retroceso horizontal). Estas cifras se estiman a partir de comparaciones entre fotografías antiguas e imágenes satelitales de los últimos años. De ese modo, midieron la erosión entre las décadas de 1950 y 1980, y de 1980 a la actualidad. Hicieron esa división debido a que en las dos últimas décadas del siglo XX se colocaron gran parte de los espigones en la costa marplatense.
“Queríamos ver cómo era la erosión natural, cómo ha disminuido donde se han construido espigones, pero también cómo ha aumentado en los lugares donde no están los espigones o donde estos causan mayor perjuicio. Porque un espigón junta arena hacia el sur, pero no tiene suficiente provisión de arena hacia el norte”, advierte el investigador.
Isla subraya que en las zonas sin obras de defensa costera, la erosión se mantiene bastante constante desde la década de 1950. En cambio, en los lugares con obras de defensa, como espigones, disminuyó la erosión hacia el sur, pero se incrementó hacia el norte.
“Hoy tiene serios problemas Camet Norte (Partido de Mar Chiquita) porque se hicieron siete espigones en Santa Clara, y Camet Norte se quedó sin provisión de arena. Hoy en día quieren hacer más espigones, pero son los que se debieron hacer en los años 80. Es decir, cuando se hace una obra con siete espigones y uno terminal, se tiene que hacer una zona de transición inmediatamente hacia el norte para minimizar las pérdidas”, describe.
En esta línea, Isla detalla cómo algunas obras de defensa han generado una mayor erosión al norte de esos lugares: “Los oleajes predominantemente provenientes del sur, sobre todo el oleaje de tormenta –el de mayor altura– provocó que se acumulara mucha arena después de construido el puerto de Mar del Plata. Inmediatamente se redujo la antigua Playa del Este, hoy Playa Grande. Playa Chica desapareció en los años 70 y empezó a faltar arena en la Playa de los Ingleses, hoy Varese”.
Al mismo tiempo, reconoce que algunas playas se recuperaron y otras cambiaron significativamente. “La Playa de los Ingleses era de arena gruesa y tenía visibilidad. Se iba a bucear. Hoy en día en Playa Varese no se puede bucear. Es una playa de arena fina porque se construyeron dos grandes escolleras. Tal es así que en algún momento, debido a que no captó tanta arena, se pensó en hacer un puerto deportivo. Hoy en día es un lugar donde se practica stand up paddle”, cuenta.
Además, Isla resalta que el aumento de erosión al norte de las obras de defensa se repitió en otras áreas de la costa marplatense. “Primero, la obra del puerto provocó erosión en Playa Grande, Playa Chica y las playas del centro. Se hicieron obras en las playas del centro, provocaron erosión en La Perla. Se hicieron obras en La Perla, provocaron erosión en Constitución. Se hicieron obras en Constitución y provocaron erosión en Camet. Y finalmente se fue trasladando el problema al partido de Mar Chiquita”, explica.
Frenar el retroceso de la costa
La importancia de la recuperación de playas, a través de obras como el refulado, radica en el valor turístico –y por ende económico– que tiene la costa marplatense, como el principal balneario de la Argentina, visitado cada año por un gran número de turistas que descansan en sus playas. Y en paralelo, es una estrategia para defender el patrimonio costero, tanto las playas como los acantilados.
¿Por qué es importante recuperar metros de playa? Por la erosión provocada por las olas que llegan a la arena y que impactan sobre los acantilados. En Mar del Plata, se presentan olas más grandes que en el resto de las playas de la provincia. “Cuando las olas son grandes, cuando son de tormenta o cuando las sudestadas son muy frecuentes y muy intensas, es cuando hay mayor erosión y, al mismo tiempo, mayor deriva litoral”, señala Isla.
La deriva litoral es la cantidad de arena que se transporta en un año entre la rompiente y la orilla, y es producida por las olas. “Como está bloqueada en toda la zona de La Perla, Constitución y Camet, ahí la deriva es mucho menor. Se restablece en el Partido de Mar Chiquita recién. Pero tenemos mucha deriva en Necochea, en las playas del sur de Mar del Plata, donde no se ha obstruido la deriva”, remarca.
Asimismo, describe lo que ocurre en los acantilados de la zona sur de General Pueyrredón: “El acantilado se resquebraja en invierno, cuando se producen fisuras. Cuando se congela el agua, el hielo se expande y amplía la fisura; sólo resta esperar que llegue una ola de tormenta, que socave la base del acantilado y se termine cayendo”.
En este sentido, Isla remarca la importancia de las playas para defender los acantilados. “Cuando hay una playa ancha delante de una costa acantilada, la energía de las olas se pierde en la playa. Cambia el perfil de la playa, pero las olas no llegan a los acantilados”, afirma y asegura que “la mejor defensa contra la erosión de los acantilados es que tenga una playa o una plataforma de abrasión más dura, pero lo ideal es tener también una playa que lo defienda de la acción de las olas, que le quite energía a las olas”.

El refulado
Para Isla, lo recomendable es que el refulado se realice con arena gruesa y que se arroje por la zona de rompiente de las olas y no en la playa. De esta manera, el mismo oleaje se encargaría de transportar la arena a la playa.
“Se tiene que tirar en la rompiente para que el barro se vaya en suspensión mientras duran los trabajos y que lo que sea material más grueso sea trasladado solo hacia la playa. Lo ideal es no tirarlo exactamente en la playa para evitar tener barro o arena muy fina”, señala.
Además del refulado son importantes las obras de defensa costera, pero deben realizarse de manera articulada entre las distintas playas y localidades. Las escolleras obstaculizan el transporte de arena. Sin embargo, el oleaje provoca que por el extremo del espigón continúe la circulación de arena.
En este sentido, Isla destaca que los espigones cortos permiten la defensa de la costa sin obstaculizar la deriva litoral. En cambio, los espigones largos la obstruyen casi por completo, lo que genera problemas de erosión en los lugares inmediatamente al norte del lugar en que se construyó el espigón. Debido a la deriva litoral, el refulado en una playa permitiría repoblar también con arena la playa al norte más cercana.
Mientras tanto, en Camboriú
En la Playa Central de Balneario Camboriú, Santa Catarina (Brasil), hace unos meses comenzaron obras de dragado y repoblamiento de arena que triplicarán la extensión de playa del sector céntrico de la ciudad. De los 25 metros en promedio que tienen estas playas, pasarán a tener 70 metros o más. La finalización de los trabajos está prevista para noviembre de este año.
“Hace mucho tiempo que Camboriú tiene problemas porque es una playa de arena fina-muy fina y porque tiene lluvias torrenciales”, indica Isla. Con el trabajo de una draga de gran tamaño, como la Galileo Galilei, se extrae arena de la bahía de Camboriú y se coloca en los sectores centrales de la playa del balneario brasileño.
“Están triplicando el área de playa y están invirtiendo para turismo argentino, porque la playa de Camboriú convoca fundamentalmente turismo del norte de Argentina”, comenta.
Manejo integral de la costa
En Argentina hay un solo antecedente de dragado y refulado en las playas. Fue en Playa Grande en 1998 y benefició también a Playa Varese y a las playas del centro de Mar del Plata. Si bien es una de las obras más caras, Isla considera que el refulado es una de las mejores acciones para recuperar metros de playa, porque los trabajos consisten en tirar arena donde falta.
Según Isla, en Mar del Plata las playas que más sufren erosión por las sudestadas son las que se orientan al sur e incluso este año las playas del sur orientadas al sudeste han perdido sus accesos. No obstante, reconoce que hay otros municipios del sudeste bonaerense más afectados en la actualidad.
“Este año hubo tres tormentas sudestadas grandes y las zonas más impactadas fueron Villa Gesell, Pinamar y el Partido de La Costa. En el Partido de La Costa se están cayendo casas. Es decir, ya no afecta solo a los erarios, sino que afecta a propiedades privadas”, subraya.
Por ello, Isla propone que se trabaje de manera integral con el dragado y el refulado en las playas de las distintas ciudades costeras de la provincia de Buenos Aires.
“No es la solución de un partido o de una ciudad, como fue en el 98 en Mar del Plata, sino que hay que analizarlo para toda la provincia de Buenos Aires. Ver cuáles son los lugares donde falta arena y aprovechar el viaje de la draga para trabajar algunos días en el Partido de la Costa, algunos días en Villa Gesell, algunos días en Pinamar, algunos días en Mar Chiquita y en General Pueyrredón. Y de ese modo, justificar un manejo integrado de un plan de recuperación de playas”, detalla el docente de la UNMDP.
Respecto a la viabilidad de esta obra, el especialista asegura: “Hoy por hoy se justifica si la provincia de Buenos Aires o la Nación toman cartas y hacen un plan de recuperación de las playas en el sector turístico. Por eso, siempre hablamos de que no se necesita un plan de costas para toda la Argentina, se necesita un plan de manejo costero integrado para la provincia de Buenos Aires, que es donde está el turismo, los loteos y los problemas“.

Por otra parte, el 3 de noviembre llegó a Mar del Plata la draga danesa Idun R, que realiza los trabajos de dragado en el puerto de la ciudad. La obra comenzó el 12 de noviembre y tiene un plazo estimado de 150 días. Desde la cuenta oficial de Twitter del Consorcio Portuario Regional afirmaron que el trabajo alcanzará al canal de acceso principal, el área de giro y la posta de inflamables.
“Si tiran la arena desde donde está la boca del puerto hacia la playa, va a ser beneficioso. No sé si va a ir a Playa Grande, pero por lo menos va a contribuir a las playas inmediatamente al norte”, comenta Isla.
Más allá de esta obra de dragado en el puerto marplatense, el refulado en las playas de Mar del Plata y de todo el sudeste bonaerense –donde se encuentran los balnearios más convocantes del país– permitiría recuperar metros de playa en espacios importantes para el descanso y el uso recreativo de residentes y turistas.
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