Entrevistas

Conocer cómo vive la población desde la Geografía

Un grupo de geógrafos de la UNMDP realiza estudios sobre calidad de vida, población y territorio en Mar del Plata. Asimismo, forman parte de un proyecto a nivel nacional, dirigido desde el IGEHCS en Tandil, que se dedica a trabajar y analizar la calidad de vida en todo el país.

 

Por Agustín Casa

 

En reiteradas oportunidades se leen y se escuchan frases que hacen foco en la calidad vida, aunque pocas veces se toma conciencia sobre la amplitud del concepto. Sin embargo, desde hace décadas se realizan estudios académicos en la Argentina, principalmente desde la Geografía, que miden la calidad de vida de la población. 

Hacia el año 2000, se conformó en Mar del Plata el Grupo de Estudios sobre Población y Territorio (GESPyT), que forma parte del Centro de Investigaciones Geográficas y Socioambientales de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Entre las principales líneas de investigación del grupo, que en 2020 cumple veinte años de trabajo, se encuentra la calidad de vida y su localización en el territorio, como así también su relación con el poblamiento, la estructura demográfica y las migraciones, entre otras variables. Sus estudios abarcan el partido de General Pueyrredón y el área de influencia. 

Guillermo Velázquez (doctor en Geografía e investigador superior del CONICET), quien fue el primer director del GESPyT, actualmente dirige el Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS), una unidad ejecutora del CONICET con sede en la Universidad Nacional del Centro, en Tandil. Velázquez es un referente en los estudios de calidad de vida en Argentina. Desde los 90 se dedica a realizar trabajos de alcance nacional y es el autor principal de distintas publicaciones.

Para poder trabajar sobre el territorio nacional e incluir diversas dimensiones, especialistas de distintos puntos del país forman parte de estos estudios. “Hay una verdadera red de estudiosos del bienestar en Argentina que está fuertemente liderada por la geografía, aunque hay referentes que vienen desde otras disciplinas como el trabajo social y las ciencias políticas”, indica a Citecus Claudia Mikkelsen (doctora en Geografía, investigadora adjunta del CONICET en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales y codirectora del GESPyT), quien también participa de los proyectos coordinados por Velázquez desde Tandil.

¿Qué es la calidad de vida? En Calidad de vida en Argentina. Ranking del bienestar por departamentos (2010), publicado en 2014 por la UNICEN, Velázquez la define como “una medida de logro respecto de un nivel establecido como ´óptimo´ teniendo en cuenta dimensiones socioeconómicas y ambientales dependientes de la escala de valores prevaleciente en la sociedad y que varían en función de las expectativas de progreso histórico”.

Los trabajos sobre la calidad de vida liderados por Velázquez son estudios de índole objetiva que incluyen dos dimensiones: la socioeconómica y la ambiental. La primera comprende variables vinculadas a la educación, la salud y la vivienda. Esa información es tomada de cada Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda –el último fue en 2010, el próximo se realizará este año–. En tanto, la segunda dimensión contempla como variables a diversos problemas ambientales y variados recursos recreativos (tanto de base natural como socialmente construidos), para lo cual se utilizan otras fuentes de información. El resultado entre ambas dimensiones genera un Índice de Calidad de Vida (ICV), que se mide de 0 a 10 puntos.

Estos estudios de calidad de vida comprenden variables de costo y variables de beneficio. En este sentido, Mikkelsen explica: “Cuando se trabaja con calidad de vida, definida como lo hace Guillermo Velázquez, como una medida de logro, un alcanzable, estamos pensando en variables de beneficio. Aquellas variables que son de costo, a partir de artilugios matemáticos, se transforman en variables de beneficios con los valores máximos y mínimos de la celda que se quiere calcular”.

¿Las dimensiones se mantienen estáticas? No. “Al principio, la parte ambiental tenía un 20 % de peso sobre el índice total. En la última versión, tiene un 40 %”, señala Juan Pablo Celemín (doctor en Geografía e investigador adjunto del CONICET en el IGEHCS de Tandil), quien trabaja con Velázquez y realiza aportes para la dimensión ambiental. Esto marca una continua revisión y actualización de las variables que se contemplan para el estudio de la calidad de vida. En paralelo, Mikkelsen resalta: “Se viene trabajando con una metodología similar desde los datos del censo del 80. Lo que pasa es que la escala y la complejidad han ido variando”. En este sentido, se trabajaba a nivel partido-departamento y en el actual proyecto la unidad de análisis son los radios censales. Para 2010, Argentina tenía 52.408 radios censales –898 en el Partido de General Pueyrredón–. Cada uno concentra unos 1.000 habitantes o unas 300 viviendas.

La dimensión en la que se observan mayores variantes es la ambiental. “Ya no se habla solamente de problemáticas ambientales, sino de recursos de base natural y de recursos socialmente construidos. La metodología se vuelve más compleja. Eso significa usar otras fuentes de información distintas a las del censo”, describe Mikkelsen.

Mapas interactivos

El avance tecnológico generó grandes cambios a la hora de realizar investigaciones que impliquen la recolección y el análisis de datos. De esta manera, a partir de los Sistemas de Información Geográfica (SIG) se pueden configurar mapas que pueden ser consultados en internet por científicos y por la comunidad en general. “Primero, esos mapas salían a la vista en revistas. Después, salieron en atlas en un CD. El paso siguiente de la divulgación es llevar eso a internet para hacer estos mapas interactivos. Eso se llama infraestructura de datos espaciales. Ahí entra toda la parte de informática, que permite que el mapa que hacemos lo visualice cualquiera en internet”, relata Celemín. 

En la actualidad, se puede visualizar un mapa que, a partir de una escala de colores, muestra el Índice de Calidad de Vida (ICV) de todos los radios censales del país (hacia 2010). Está disponible en la página del CONICET y para su desarrollo participaron conjuntamente profesionales del IGEHCS con especialistas del Instituto de Sistemas de Tandil (ISISTAN), dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNICEN. “Uno ve el mapa y atrás tiene una base de datos gigantesca. Tiene más de 52 mil registros. Se necesita un soporte físico de hardware y software muy grande”, agrega Celemín. En ese contexto, el investigador reconoce que “el conocimiento tecnológico es fundamental para manejar grandes volúmenes de información”.

El mapa interactivo con el Índice de Calidad de Vida (ICV) de cada radio censal del país está disponible en la página del CONICET.

La tecnología también es aliada para recabar datos para variables ambientales como recursos de base natural, por ejemplo, mediante el uso de programas como el Google Earth, que ofrece imágenes satelitales de la Tierra.

“La infraestructura de datos espaciales es un canal muy interesante, más allá de los libros, para que nosotros podamos empezar a aportar para la gestión del espacio, el ordenamiento y para el beneficio social”, asegura Fernando Sabuda (doctor en Geografía e investigador del GESPyT).

Calidad de vida en Argentina

En los últimos años, desde el IGEHCS publicaron libros que detallan la calidad de vida y sus dimensiones en cada partido o departamento del país. En 2014, se publicó Calidad de vida en Argentina. Ranking del bienestar por departamentos (2010), editado por la UNICEN, que tiene como coautores a Guillermo Velázquez, Claudia Mikkelsen, Santiago Linares y Juan Pablo Celemín. En 2016, se lanzó Geografía y Calidad de vida en Argentina. Análisis regional y departamental (2010), también editado por la UNICEN, dirigido por Guillermo Velázquez y con la participación de 24 especialistas. En ambos casos se trata de publicaciones que toman registros hasta el año 2010 de los 526 partidos y departamentos (incluye quince comunas de Capital Federal) que había ese año en el país.

En la actualidad, desde el IGEHCS y bajo la dirección de Velázquez, está en marcha la conformación de un atlas de cinco tomos, que incluye mapas interactivos. Se trata de una tarea ambiciosa dado que toma las mismas fuentes de información que las publicaciones anteriores, pero recolecta datos a nivel de radios censales. “Cuanto más detallada es la unidad de análisis, es más difícil conseguir la información. Lleva más tiempo todo”, confiesa Celemín, quien advierte que luego del censo de este año va a haber más radios censales debido al crecimiento de la población. 

A partir de este proyecto se produjo la vinculación del IGEHCS con el ISISTAN. Llevan adelante un trabajo interdisciplinario entre varias facultades y grupos de investigación que se inició en 2016 y finalizará en 2021. 

“Hace falta un atlas de Argentina desde hace muchos años. Es una deuda pendiente de la Geografía y de otras disciplinas. Me parece que va a mostrar un panorama actualizado muy interesante, y además actualizado en función de las nuevas perspectivas de estudios sociales, geográficos y físico-naturales”, opina Patricia Lucero (doctora en Geografía y directora del GESPyT).

Tras el censo del 2020, estiman que podrán contar con la información actualizada luego de tres años y esos datos serán utilizados para futuros proyectos. En tanto, cabe destacar que con el paso del tiempo y el avance de este tipo de investigaciones, estos estudios incorporan nuevas dimensiones y la metodología es más rigurosa.

Mar del Plata, puertas afuera y puertas adentro

Según los datos publicados en Calidad de vida en Argentina. Ranking del bienestar por departamentos (2010), el Partido de General Pueyrredón tiene un Índice de Calidad de Vida de 7,60 puntos, que lo ubica 19° en el ranking nacional entre 526 partidos y departamentos.

Sin embargo, los integrantes del GESPyT ponen especial énfasis en lo que sucede dentro del partido. “No sólo nos interesa qué es Mar del Plata en comparación al resto de las ciudades, sino que además nos importa qué pasa hacia el interior de la ciudad. Y empezamos a ver eso que se da con otras localidades. Vemos diferenciaciones internas. Entonces, esos patrones de distribución de las dimensiones que se analizan, vuelven a tener otra representación: el concepto de calidad de vida, la condición educativa, lo ambiental. Es más interesante empezar a bucear con esto y manejar tantos radios censales adopta otro sentido”, explica Sabuda. De esta manera, resulta fundamental el paso de partido o departamento a radio censal como unidad de análisis.

“Hacia el interior de la ciudad y del partido de General Pueyrredón hay una convivencia de realidades muy diversas. Incluso lo que a nosotros nos sorprende es cómo situaciones de alta calidad de vida están en absoluta convivencia con situaciones de muy baja calidad de vida. No hay zonas grises”, subraya Mikkelsen. Por su parte, Lucero detalla: “Mar del Plata tiene una polarización muy grande. Tiene gente que está muy bien y gente que está muy mal. En el promedio te da que está bien, pero hay gente que está muy mal. Esas son las brechas, las distancias. No hay que quedarse sólo con el promedio, sino ver cuál es la distancia entre los que menos tienen y los mejor posicionados”. 

Desde el GESPyT prestan atención a las mencionadas brechas y desigualdades. “Los intersticios entre lo urbano y lo rural son las áreas que más nos preocupan, no sólo el frente costero”, destaca Mikkelsen y sostiene: “Analices la variable que analices, tomes el indicador que tomes, siempre se comporta aproximadamente de la misma manera, con esas brechas entre el área central y ese periurbano, o área de borde”.

Si bien trabajan de la misma manera que los proyectos a nivel nacional, en los estudios del GESPyT a escala local en algunos casos se emplean estrategias metodológicas distintas y se incluyen diferentes dimensiones, como la laboral, la familiar o el empleo de entrevistas.

“Partimos de trabajos que fueron un poco individuales y que presentábamos en distintos eventos y publicaciones. Ahora se están aunando esas bases. Tenemos para el nivel del país los mismos indicadores”, remarca Lucero.

Para Mikkelsen este tipo de trabajos y los datos que analizan “son herramientas muy poderosas que podrían contribuir a la toma de decisiones”, por lo cual desde el grupo coinciden en la importancia de la socialización de los trabajos y su llegada a los funcionarios y la comunidad en general.

 

Foto principal: Patricia Lucero, Claudia Mikkelsen, Juan Pablo Celemín y Fernando Sabuda. 

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