José Luis Carballido estudió Biología en la UNMdP y, mientras cursaba la carrera, participaba de actividades paleontológicas en el Museo Scaglia. Su profesión lo llevó a la Patagonia, donde en la actualidad se dedica al estudio de un grupo de dinosaurios gigantes que vivieron en esa región.
Por Agustín Casa / Follow @Agustin_Casa
José Luis Carballido siempre estuvo interesado en la paleontología, pero su foco no apuntaba en particular a los animales más famosos del pasado.
Mientras cursaba Biología en la Universidad Nacional de Mar del Plata, ya tenía sus primeras experiencias como paleontólogo aficionado. Durante el transcurso de la carrera, el marplatense participó de diferentes tareas en el Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia de Mar del Plata. Primero como voluntario y luego como colaborador en el equipo de paleontología de la institución.
Hubo un tiempo en que sus jornadas diarias se dividían entre las actividades académicas en la universidad y las actividades paleontológicas del museo. Realizaba salidas de campo y allí se nutrió de conocimiento para estudiar a los animales del pasado.
Tras graduarse en la UNMdP, su horizonte científico se modificó sorpresivamente. “Siempre quise hacer paleontología. Terminé trabajando en dinosaurios, pero nunca previo a empezar el doctorado fui fanático de los dinosaurios ni tenía un interés en particular, sí por la paleontología y por los vertebrados fósiles. El destino me fue llevando a la Patagonia y finalmente a trabajar con dinosaurios”, cuenta a Citecus José Luis Carballido, doctor en Biología e investigador del CONICET en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF) de Trelew, Chubut.
Sus primeras experiencias, tanto en la preparación de fósiles como en trabajos de campo, fueron en Mar del Plata, con restos de la megafauna que habitó esta región en el pasado. Más tarde, trabajó en el área técnica del MEF hasta que se recibió de licenciado en Biología en la UNMdP en 2007.
Ese mismo año comenzó el doctorado en la Universidad Nacional de Comahue, en su sede de Bariloche. Durante su tesis doctoral, realizó una revisión anatómica y filogenética de un linaje conocido como Neosauropoda, perteneciente al grupo de los dinosaurios saurópodos. Allí inició su vínculo con los gigantes del pasado.
“Es un grupo súper interesante. Sobre todo porque fueron los animales más grandes que habitaron el planeta en su momento. Alcanzaban tamaños realmente gigantes. Cada vez sabemos un poquito más sobre cómo habría sido su fisiología, su forma de vivir, sus comportamientos y su evolución”, destaca Carballido.
En este sentido, el paleontólogo señala que “entender a este grupo, y cómo evolucionaron, es fundamental si queremos estudiar cómo era un ecosistema hace 100 millones de años, 60 millones de años o 170 millones de años, porque estos animales eran una parte importante”.
Durante su doctorado, que finalizó en 2012, tuvo como directores a Diego Pol y a Leonardo Salgado. En 2011 también empezó a trabajar con Alejandro Otero e Ignacio Cerda. “Formamos un grupo de trabajo en el que cada uno de nosotros tiene, por su formación, una orientación un poco diferente dentro de lo que es el estudio de los saurópodos. Mi parte es más dedicada a la sistemática, a la evolución general de estos dinosaurios”, indica.
En tanto, agrega que los trabajos en conjunto surgieron para “poder tener distintas perspectivas de los materiales que estábamos estudiando y poder responder mayor cantidad de preguntas”.
El mundo de los saurópodos
Como describe Carballido, los primeros grupos de saurópodos vivieron en el período triásico, hace unos 230 a 240 millones de años, y los últimos permanecieron hasta la extinción masiva que se produjo hace unos 66 millones de años.
“En el Jurásico inferior es cuando adquieren todas sus características y, sobre todo, en el Jurásico superior, hace 150 millones de años, fueron claramente los herbívoros dominantes en la mayor parte del planeta. Obviamente fue un grupo que fue modificándose. En general, se caracterizan por tener cuatro patas, cuello largo, cola larga, y cabeza chiquita. En realidad, era un grupo extremadamente diverso dentro de ese patrón más o menos genérico, con variación de tamaños y de formas”, detalla.
En la provincia de Chubut, donde se encuentra el MEF, hay registros de saurópodos desde el Jurásico inferior hasta el Cretácico. Carballido sostiene que es el único lugar de América del Sur donde se han encontrado fósiles de dinosaurios del Jurásico inferior y del Jurásico Superior.
“En la provincia de Chubut, tenemos el registro más rico –de América del Sur– de lo que era la fauna en general, los dinosaurios, en el Jurásico inferior y el Jurásico superior”, remarca.
Asimismo, el especialista comenta que Chubut es uno de los pocos lugares de la Patagonia donde hay afloramientos fósiles del Jurásico continental. Esto no significa que no hayan vivido en otros sitios, sino que allí se dieron las condiciones para la preservación de esos fósiles. Es decir, se pueden encontrar rocas de la época en que vivieron, que se formaron en un ambiente adecuado para preservar esos restos, y el clima árido de la Patagonia favorece este tipo de hallazgos en la superficie.
En este sentido, describe que los restos fósiles se preservan en lugares donde hay sedimentación –y no en sitios donde hay erosión–, lo que marca la posibilidad de encontrar fósiles de hace, por ejemplo, 100 millones de años.
“Depende de cómo era el paisaje hace 100 millones de años. ¿Había sedimentación o había erosión? Después puede pasar que haya habido sedimentación, pero que ese nivel con fósiles haya erosionado posteriormente y por eso no lo podamos encontrar”, agrega.
Suelo de gigantes
Dentro de los saurópodos existió un grupo de dinosaurios gigantes: los titanosaurios. Los primeros registros de este grupo datan de alrededor de 130 millones de años, durante el período cretácico.
“Es tal vez el grupo que más éxito y más diversidad logró en la historia de estos animales”, subraya Carballido. Y agrega que “en la mayor parte del Cretácico superior terminaron siendo el único grupo de dinosaurios saurópodos”, ya que al resto de los saurópodos, que podrían haber convivido con este grupo, los habrían desplazado por competencia o estos no se habrían adaptado a los cambios ambientales.
Como detalla el investigador, los titanosaurios fueron los principales herbívoros de su tiempo y se alimentaban desde la vegetación más baja hasta la vegetación más alta. “Lo lograron teniendo esta diversidad de tamaños y de formas”, resalta.
El valioso hallazgo del Patagotitan
En 2010, un peón encontró unos huesos en Estancia La Flecha, provincia de Chubut. En 2012, un equipo del MEF se acercó al lugar y realizó una limpieza en la superficie para ubicar el nivel de los fósiles. En primera instancia no imaginaban que se trataría de un hallazgo de tal magnitud. En el lugar solo se reconocía una vértebra muy rota y muy chiquita con todas las características de un titanosaurio y varios fragmentos de huesos. Lo novedoso en ese entonces era que no tenían registros de titanosaurios en ese sector de la provincia de Chubut.
Desde 2013, hicieron entre tres y cuatro campañas por año durante tres años para sacar todo el material, prepararlo en el museo y comenzar la investigación. Carballido recuerda: “Sacamos el primer fémur del lugar, que mide más de dos metros cuarenta, y es el más grande, de hecho. Y ahí nos dimos cuenta de que era un animal gigante”. En total, hallaron más de 180 huesos del Patagotitan mayorum.
Patagotitan mayorum fue una especie que vivió hace unos 105 millones de años durante el período cretácico. Se estima que medía entre 35 y 40 metros de largo por 8 metros de alto y que pesaba alrededor de 60 toneladas. Su dieta era herbívora.
“Nosotros teníamos registros de dinosaurios súper gigantes en Patagonia para el Cretácico. Puertasaurus y Argentinosaurus tienen una cosa en común que es que casi no hay registros de los huesos. Ahí es donde está la importancia de Patagotitan, porque nosotros sabíamos que Argentinosaurus era gigante, pero no podíamos saber exactamente cuánto medía de largo. Ni tampoco podíamos calcular o estimar de una manera certera el peso que ese animal tenía. Al punto que estimaciones previas decían que podían estar entre 40 y 50 toneladas”, explica el paleontólogo.
En esta línea, Carballido afirma que Patagotitan tiene un tamaño similar a otras especies de su grupo como Argentinosaurus y Puertasaurus, y este descubrimiento ayudó a comprender que estas especies se encuentran en el rango de tamaño máximo que habrían alcanzado los dinosaurios. Es decir, el hallazgo de tantos huesos de Patagotitan les ha permitido estudiar el gigantismo en este grupo de animales y cómo era el esqueleto, el cuello, la región dorsal, la cola y las patas.
“Toda esa información vertida a los estudios evolutivos nos permitió comprender no solo en qué parte de la evolución de los titanosaurios estaba Patagotitan, sino también comprender por primera vez cómo se relacionaba Patagotitan con los otros dinosaurios gigantes, como Argentinosaurus y Puertasaurus. Lo que vimos con ese estudio es que es un grupo que hasta el momento lo consideramos endémico de América del Sur, de Patagonia al menos. No los vemos hasta el momento en otros lugares fuera de Patagonia”, detalla.
Las tres especies mencionadas integran un subgrupo de titanosaurios, llamados lognkosaurios. En este sentido, Carballido describe: “En los titanosaurios hubo un gran evento de gigantismo que lo vemos representado en Patagotitan como no solo el más completo, sino el más antiguo del grupo con 105 millones de años. Y es un grupo de titanosaurios gigantes que llegó hasta los 66 millones de años”.
Para estimar el peso del Patagotitan, los investigadores del MEF utilizaron las dos técnicas más precisas en la actualidad y arrojaron un resultado aproximado de 60 toneladas. Esos datos, sumado a la estimación de su tamaño, lo convierte sin duda en uno de los dinosaurios más grandes que ha pisado la Tierra. Sin embargo, es difícil de comparar su tamaño y su peso con otros animales de su grupo, ya que solo se dispone de materiales incompletos de esas otras especies.
“Cuando vamos a compararlo con Argentinosaurus o Puertasaurus, esos titanosaurios gigantes que están más incompletos, es difícil. Porque no tenemos exactamente la misma vértebra para comparar o son animales que no tienen un fémur completo para poder compararlo en tamaño con el Patagotitan”, advierte.
Y señala: “¿Patagotitan podría ser el dinosaurio más grande? Sí, podría. ¿Es el más grande del cual tenemos buena evidencia? También, si vamos a datos más o menos precisos en cuanto a largo y peso”. Pero remarca que no hay manera de compararlo en ese sentido con otras especies del grupo y que también entra en juego si se trató de los ejemplares más grandes de esa especie o si aún ese individuo no había terminado de crecer.
Tras anunciar el descubrimiento de este animal prehistórico en 2018, el equipo del MEF continuó con el estudio del animal. En 2021, publicaron un artículo con la descripción de los huesos de las patas, y tienen previsto realizar la descripción de todas las vértebras encontradas en 2023. Además, realizan estudios para entender mejor cuestiones biológicas de esa especie.
De Mar del Plata a la Patagonia, Carballido siempre estuvo guiado por su interés por la fauna prehistórica. Si bien no era un fanático de los dinosaurios, hoy forman parte de su día a día y tiene una importante y fascinante tarea: estudiar a los dinosaurios más grandes que habitaron la Tierra.
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Muy interesante la información y por supuesto el trabajo de los paleontólogos. Los dinosaurios siguen siendo atractivos. Cómo era la vegetación entonces? Porque debió satisfacer las necesidades alimenticias de esos gigantes.
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Muy buenos informes , gracias!!!
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