La investigadora del IIMyC, Laura Biondi, participó en una investigación sobre el aprendizaje de aves rapaces que habitan las Islas Malvinas.
Laura Biondi, investigadora del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC), del CONICET y la UNMDP, fue parte de una publicación reciente en la revista Current Biology sobre el nivel de aprendizaje de caranchos australes que habitan las Islas Malvinas.
La especie Phalcoboenus australis, conocidos como caranchos australes, son aves rapaces de la familia de los caracaras que están presentes en la Patagonia e Islas Malvinas. Estos organismos se caracterizan por aprender rápidamente a resolver desafíos, tienen una gran capacidad de innovación y un comportamiento similar a las cacatúas en el uso de herramientas. Por estas características son buenos ejemplares para estudiar la evolución de la inteligencia en la naturaleza.
Especialistas de la Unidad de Cognición Comparada del Instituto de Investigación Messerli, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, convocaron a la investigadora del IIMyC Laura Biondi y, junto a miembros del Proyecto Johnny Rook, analizaron el comportamiento de esta población frente a distintos desafíos.
Los especialistas evaluaron el comportamiento de los caranchos australes de Malvinas al enfrentar desafíos como rompecabezas, para entender la capacidad de innovación, en materia de flexibilidad y adaptación ante nuevos retos. Para ello, se les presentaron cajas con diferentes niveles de complejidad para acceder al alimento. El resultado de observar a estos animales les demostró a los especialistas que las aves rapaces salvajes de Malvinas aprenden rápidamente a resolver un rompecabezas con ocho desafíos diferentes, aun cuando es la primera vez que se enfrentan a ellos y que, además, lo hacen cada vez más rápido.
Biondi fue convocada por su amplia trayectoria en aves rapaces, específicamente en caracaras. “Fue una gran oportunidad porque Katie Harrington, la primera autora del trabajo, necesitaba ayuda con la metodología de trabajo para estas aves y yo siempre estoy buscando ampliar los grupos de estudio, porque en la provincia de Buenos Aires tenemos dos especies de caracaras: el chimango y el carancho. El chimango es fácil de capturar y de trabajar, pero con los caranchos es más difícil, no es tan fácil de capturar”, cuenta la investigadora.
Los caranchos australes son aves rapaces muy curiosas que tienen el peculiar hábito de buscar y explorar cosas nuevas. “Son pájaros que se acercan cuando uno está ahí sentado, no tienen miedo y responden a la voz humana. En ese sentido son muy diferentes de los ejemplares de la misma especie que se encuentran en el continente, que fueron estudiados ampliamente por Ulises Balza que trabaja en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET), y esto tiene que ver con que en las Islas no han sido amenazados, no tienen predadores y, al tener escasos recursos, deben acercarse a todo objeto que pueda potencialmente ser alimento, o bien, ayudarlos a alimentarse”, señala Biondi.
Por su parte, Harrington añade: «Los caranchos estaban tan ansiosos por resolver los rompecabezas que algunos incluso empezaron a correr hacia la caja en cuanto la pusimos en el suelo. Pateaban y tiraban enérgicamente de las distintas partes funcionales de la misma forma que nosotros agarraríamos algo para aprender cómo funciona. También se movían para mirar la caja desde distintos ángulos, agachándose para mirar desde abajo o saltando encima para mirar desde arriba. Y cuanto más exploraban los rompecabezas, mejor lo hacían».
Las investigadoras concluyeron que los caranchos australes de las Islas Malvinas son tan inteligentes como los loros, e incluso superaron a esta especie en algunos aspectos.
Este tipo de estudios es importante, según explica Biondi, más allá del valor intrínseco del conocimiento por una cuestión comparada, que permite ver cómo evolucionó la inteligencia en diferentes grupos de animales, donde las aves son el grupo con mayor desarrollo cognitivo que se ha encontrado.
“Además son los organismos con los que es más fácil trabajar. No es lo mismo trabajar con elefantes, ya que presentan una amplia diversidad de formas de vida, dietas, ecologías, etc. Ese abanico de condiciones permite evaluar diferentes hipótesis en cuanto al desarrollo de una característica y son fáciles de manejar, sobre todo los caranchos y esta especie en particular”, agrega Biondi.
Además, la bióloga explica que entender el comportamiento animal es clave para, por ejemplo, pensar estrategias de manejo de conservación, en el área de bienestar animal. La investigadora afirma: “Este conocimiento permite entender síntomas de malestar, a nivel de estrés, de comportamiento estereotipados, de la dieta, principalmente en los animales más inteligentes, que son los que más inconvenientes suelen presentar. Y además, habilitan herramientas para recuperar animales que han permanecido por largos períodos en cautiverio”.
Por Daniela Garanzini para el CONICET Mar del Plata.
Foto: gentileza Oly Dempster y Proyecto Johnny Rook.