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Lobos marinos, habitantes ilustres de Mar del Plata

De la naturaleza al arte, estos mamíferos marinos son una postal marplatense. Se observan en la colonia del Puerto y, en ocasiones, en otras partes de la costa. También se los ve en esculturas en puntos neurálgicos de la ciudad. Pero ¿cuánto sabemos sobre estos animales?

 

Por Agustín Casa

Miles de turistas se fotografían cada año con las dos esculturas que posan sobre La Rambla, creadas en la década de 1940 por el escultor José Fioravanti. En 1995 este animal fue el símbolo de los Juegos Deportivos Panamericanos. El Museo MAR se inauguró a finales de diciembre de 2013 y con él la gigantesca obra de la artista Marta Minujín en el ingreso al museo: un lobo marino de grandes dimensiones cubierto por decenas de miles de envoltorios de alfajores Havanna. Meses después, el ejemplar artístico cambió su pelaje a aluminio y mantuvo el color dorado. 

Los originales se encuentran en la escollera sur del Puerto de Mar del Plata, donde son visitados por marplatenses y turistas en paseos familiares. ¿Qué sabemos sobre ellos?

En el Puerto marplatense se observan principalmente lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens), que deben su nombre en español a que sólo poseen una capa de pelo. Se trata de una colonia de animales machos donde estos reposan y cambian de pelaje.

“Los lobos marinos pertenecen al grupo de pinnípedos. Son animales que evolucionaron y sus patas se fueron modificando como aletas”, describe a Citecus, sobre la adaptación de estos mamíferos al medio acuático, el licenciado en Ciencias Biológicas Joaquín Gana, quien es becario del CONICET e integrante del Grupo de Biología, Ecología y Conservación de Mamíferos Marinos del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC), dependiente de CONICET y la UNMDP. 

“Los lobos marinos de un pelo alternan períodos de nado en el mar, para comer y moverse entre distintas zonas, con períodos en tierra, donde reposan y también cambian el pelo una vez al año”, explica el biólogo. Entre las características de esta especie, destaca: “Son animales homeotermos: mantienen su propia temperatura corporal elevada de manera constante. Paren crías vivas y les dan de lactar. Tienen pelo y glándulas que generan olor y sudor”. 

Durante su estadía en la colonia del Puerto de Mar del Plata, los lobos marinos de un pelo alternan días de descanso en la playa con viajes de alimentación en el mar. / Fotos: gentileza Joaquín Gana.

Los lobos marinos de un pelo viven entre 20 y 25 años, y los animales más viejos tienen mayor tamaño y peso. Alrededor de su cuello grueso les crece una melena, rasgo que les da su nombre en inglés por su similitud con el león: South American Sea Lion (león marino sudamericano). Su alimentación es a base de calamares y pescados. “En Mar del Plata aprovechan el descarte pesquero. Está asociado con el puerto, con los barcos. Cuando están los barcos pesqueros, siempre se puede ver que los lobos van a la cola. Aprovechan lo que se cae o lo que se descarta”, relata Gana. En la cadena trófica, los lobos marinos ocupan un lugar junto a otros predadores: “Ayudan a regular un poco las cadenas tróficas porque van haciendo presión sobre los peces y los calamares”. En tanto, las crías de lobos marinos pueden ser presas de las orcas. “En Península Valdés es común la foto de la orca que se vara para poder agarrar algún cachorro”, subraya. Y agrega: “En las colonias con tan alto número de animales, éstos defecan y hay muchas aves y otros animales que se asocian para aprovechar cosas que no han sido digeridas o alimentarse de las heces”.

En la colonia del Puerto marplatense se observan lobos machos de distintas edades. “Tenemos animales recientemente destetados que vienen de las colonias reproductivas. Las más cercanas se encuentran en Isla de Lobos (Uruguay) y en Patagonia Norte. Estos lobos nacen en las colonias reproductivas y pasan un año lactando. Son destetados y lentamente van migrando, además de otros machos adultos, hacia estas colonias no reproductivas. Estos animales pasan el resto del año acá en Mar del Plata. También están en Quequén y en otros lugares de la provincia. Y ahí los animales alternan períodos donde nadan para comer y vuelven a tierra a descansar”, desarrolla el becario del CONICET.

El marcado de animales ha permitido conocer detalles sobre los hábitos y comportamientos de estos mamíferos marinos. “En Mar del Plata pasan entre uno y dos días en la playa y entre uno y dos días fuera de la playa”, afirma sobre el período de estos animales en el mar en busca de alimento y en tierra para descansar. Gracias a esta técnica también tienen mayores precisiones respecto a la cantidad de ejemplares que viven en esta región: “La población de animales es tres veces más grande de lo que se ve en la playa, porque se cuentan sólo los que están descansando, pero hay animales que están en el mar y después van a volver al mismo lugar”.

En esa línea, en relación a la presencia de animales en la colonia, Gana resalta: “Hay un número elevado a lo largo del año, desde marzo o abril hasta noviembre o diciembre. Y en diciembre baja por los animales que migran. El resto del tiempo, los animales que se quedan acá van a estar yendo y viniendo en los viajes de alimentación”.

En el Puerto de Mar del Plata se encuentra una colonia de lobos marinos de un pelo machos, en la cual reposan y cambian el pelaje. / Fotos: gentileza Joaquín Gana.

En cuanto a los viajes de reproducción, que generalmente comienzan en diciembre, el integrante del Grupo de Biología, Ecología y Conservación del IIMyC remarca: “En la colonia de Mar del Plata disminuye el número de animales. Se van casi todos los machos adultos y subadultos –los que tienen desde tres años en adelante– y acá solamente quedan los más juveniles. Después estos animales más grandes son los que empezaron a volver hace unas semanas y hasta mediados de marzo van a seguir volviendo. Por eso ahora se encuentran muchos animales flacos y lastimados, porque vienen de pasar muchas semanas en las playas reproductivas justamente con todo el gasto energético para reproducirse, las peleas y el ayuno”.

Justamente, el marcado también ha sido útil para obtener información de los viajes largos. “Ha habido animales marcados que en pocos meses han ido desde Mar del Plata a Quequén, hasta Brasil, volvieron y se fueron a Patagonia en una temporada de verano. Los animales pueden nadar bastante por día”, asegura.

Por su parte, las hembras permanecen más tiempo en las colonias reproductivas. “Tienen mucha más fidelidad al sitio de nacimiento. Las hembras que están embarazadas paren al comienzo del verano. Al poco tiempo, entran de nuevo en celo y quedan embarazadas. Entonces, al mismo tiempo que está gestando un lobo, tiene un cachorro al pie que está lactando. No viajan tan lejos hacia otras colonias. Sí hacen viajes largos de alimentación para buscar mejores presas o encontrar dónde están las presas. Pueden llegar a nadar cientos de kilómetros en uno o dos días”, narra Gana.

Es habitual acercarse a la colonia del Puerto y escuchar a estos animales vocalizar y hacer rugidos. Es la manera en que se comunican, aunque no hay jerarquía entre ellos ni grandes peleas como en las colonias reproductivas. En este sentido, el biológo reconoce: “En Mar del Plata no se ve una asociación estrecha entre estos animales. No hay que pensar que son amigos, simplemente comparten un espacio. No es como una manada de ballenas u orcas. Acá los animales comparten la playa pero después cuando se van a alimentar, lo hacen de manera solitaria”. 

En tanto, sí se distinguen modos de comunicación y reconocimiento entre las madres y sus crías: “Tienen comunicación sonora que les permite identificarse. Cuando la mamá vuelve de comer, encuentra a la cría entre toda la colonia. Además, tienen la posibilidad de reconocerse a través del olfato”.

Es frecuente ver ejemplares de lobo marino de un pelo en alguna playa o escollera de la costa marplatense. / Fotos: gentileza Joaquín Gana.

Si bien la colonia de lobos marinos de un pelo se encuentra en el Puerto, es posible verlos en otros sitios. “Es común encontrar lobos marinos que salen en distintas playas o escolleras. No es algo que sea motivo de alarma. Además, pueden convivir con otras especies. Adentro de la colonia del Puerto muchas veces aparecen otras especies de lobos marinos y también se pueden ver elefantes marinos”, aclara.


Lobos marinos de dos pelos

Parientes de los de un pelo, algunos días al año se observan los lobos marinos de dos pelos (Arctophoca australis) en el Puerto marplatense. Se trata de mamíferos marinos que poseen una capa de pelo más corta y otra más larga. Hace unos años había una colonia de esta especie en unas rocas de La Restinga, cerca del Faro, donde finaliza el sistema de Tandilia. La colonia se movió de ese lugar y recientemente se encontró una colonia en las rocas de la escollera del Puerto de Quequén, a poca distancia de una playa de lobos marinos de un pelo. “Unos utilizan la playa de arena y los otros van más a las rocas”, avisa el especialista, quien agrega: “Los lobos de dos pelos pasan más tiempo en el agua, pueden descansar flotando, y los lobos de un pelo son más de playa”.


En el Puerto, en la costa o en esculturas en el casco urbano, los lobos marinos forman parte del entorno natural y cultural de la ciudad. Su imagen genera empatía en marplatenses y turistas. Y son muy solicitados para selfies y fotos artísticas. Los lobos marinos son habitantes ilustres de la costa de Mar del Plata.

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