Entrevistas

Vacunas: cómo se desarrollan y su papel contra la COVID-19

La doctora en Bioquímica Luciana Barbini explica cómo se llevan adelante los estudios, por qué son tan importantes las vacunas para combatir la pandemia, en qué consisten los procesos de aprobación de emergencia y cómo es la seguridad de estos desarrollos.

 

Por Agustín Casa /

Con la rápida propagación del coronavirus SARS-CoV-2 y la expansión de la pandemia, las esperanzas se depositaron en el desarrollo de vacunas para prevenir la COVID-19 –y las formas graves de la enfermedad– y en  tratamientos para la misma. En este marco, durante el 2020, equipos científicos de todo el mundo emprendieron el desarrollo de vacunas de distintos tipos en tiempo récord. 

El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba la emergencia de salud pública de importancia internacional tras conocerse los primeros casos de coronavirus fuera de China. Un años después, al 2 de febrero del 2021, la OMS tenía registro de 63 vacunas en etapas de desarrollo clínico y 177 en etapa preclínica –entre las cuales se encuentra el desarrollo del equipo dirigido por Juliana Cassataro en la Universidad de San Martín–. 

Tras conocerse los datos de la fase III de distintas vacunas, los países iniciaron las aprobaciones de emergencia, apoyándose en información referida, por ejemplo, a la eficacia y la seguridad de las vacunas. De este modo, distintos países pudieron comenzar con las campañas de vacunación. Según el sitio web de la Universidad Johns Hopkins, al 8 de febrero 17.389.715 personas estaban completamente vacunadas en el mundo y se habían aplicado 131.554.023 dosis. El país que ha vacunado a un mayor porcentaje de su población es Israel (23,43 %), seguido por Gibraltar (16,52 %), Islas Caimán (4,98 %) y Estados Unidos (2,79 %).

En Argentina, entre octubre y diciembre de 2020, se presentó en la ANMAT la documentación de las vacunas de AstraZeneca, del Instituto Gamaleya (Sputnik V), de Pfizer y de Janssen. El 23 de diciembre de 2020, el Ministerio de Salud de la Nación autorizó con carácter de emergencia la vacuna Sputnik V y el 29 de ese mes comenzó en el país la campaña de vacunación contra el SARS-CoV-2. Según lo informado por el Ministerio de Salud, al 5 de febrero de 2021, en Argentina 307.326 personas habían recibido la primera dosis –componente 1– de la vacuna Sputnik V y 163.069 personas habían recibido las dos dosis –componente 1 y 2–.

Para entender más sobre el desarrollo de las vacunas, cómo funcionan, su importancia para combatir la enfermedad, los procesos de aprobación de emergencia y la seguridad de los desarrollos, Citecus dialogó con Luciana Barbini, doctora en Bioquímica por la Universidad de Santiago de Compostela (España). Se desempeña como investigadora adjunta del CONICET en el Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata y es profesora de Microbiología Clínica y Virología Básica en la carrera de Bioquímica de la misma casa de estudios. Además, es integrante de la Sociedad Argentina de Virología.

Durante 2021, las campañas de vacunación serán claves en la lucha contra la COVID-19.

-Además de la urgencia por la rápida propagación del SARS-CoV-2, ¿qué permitió el desarrollo de distintas vacunas en tiempo récord?

-El desarrollo en tiempo récord pudo darse porque las tecnologías que se utilizan de acuerdo a los distintos formatos de las vacunas ya estaban disponibles. También se había avanzado mucho en su momento en el desarrollo de vacunas para prevenir la infección por el SARS-CoV, virus que afortunadamente pudo ser controlado en la región en la que apareció en 2003. Las bases de este desarrollo se utilizaron para adaptarlo y dirigirlo hacia este nuevo coronavirus.

-¿Cuánto tiempo suele durar el desarrollo de una vacuna?

-Varias vacunas actualmente disponibles han llevado mucho tiempo (de 15 a 45 años) desde el descubrimiento del agente viral hasta su desarrollo. La vacuna que históricamente se desarrolló más rápido fue la del ébola, que llevó 5 años. Sin embargo, aún en la actualidad, hay ciertas infecciones virales contra las cuales no ha sido posible desarrollar vacunas, a pesar de las investigaciones e intentos de diferentes laboratorios. Por ejemplo, no se dispone de vacunas para prevenir la infección por virus de gran importancia en salud pública a nivel mundial, como son el virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) y el virus de la hepatitis C (HCV).

-¿Cuáles son las etapas que debe superar un ensayo de vacunas?

-Existen diferentes etapas o fases que deben ir superando las potenciales vacunas hasta lograr su aprobación de uso. La primera es la fase preclínica, en la cual se estudia en ensayos in vitro y en animales, y se evalúa eficacia, toxicidad y farmacocinética en estos modelos.

Luego se pasa a las fases clínicas (I, II, III, IV) en las cuales participan los humanos. En la fase I, se estudia la seguridad del antígeno y del adyuvante (en caso de utilizarse) y se prueban diferentes dosis para lograr la mejor respuesta inmune con la mejor dosis posible. En esta etapa participan de 20-100 individuos. Después se continúa con la fase II, en la cual se utiliza la dosis determinada en la fase anterior en un grupo de 100 a 300 personas, de diferentes edades y estados de salud, y se evalúa la eficacia o la capacidad de inducir respuesta inmune humoral y/o celular. Posteriormente, en la fase III, se testea en ensayos multicéntricos que involucran de 1.000 a 10.000 individuos en condiciones de adquirir la infección naturalmente y se evalúa cuánto se reduce la infección en los individuos vacunados, respecto de los que recibieron placebo. Esta última fase en condiciones normales lleva mucho tiempo (12 a 18 años) hasta lograr la aprobación de la vacuna por los organismos encargados (como la ANMAT en Argentina; la FDA en Estados Unidos, etc.) para comenzar su aplicación en los grupos que la requieran. En un contexto de pandemia como el actual se realizan aprobaciones de emergencia en tiempo récord. Por último, en la fase IV se va realizando un relevamiento a largo plazo de los efectos que pudiera producir la vacuna en los individuos vacunados.

-¿Qué características tienen las plataformas de vacunas que se están desarrollando, en particular las que se encuentran en la fase III?

-Existen diferentes tipos de vacunas para prevenir las infecciones virales: las basadas en virus (inactivados o atenuados), de vectores virales (replicativos o no replicativos), de ácidos nucleicos (RNA o DNA) y de subunidades (proteínas o partículas tipo virales). En particular, para el SARS-CoV-2 las que han sido aprobadas en fase III, o están en ese proceso, utilizan diferentes formatos:

  • De vectores virales, como la de AstraZeneca-Oxford, que se basa en adenovirus de chimpancé al que se le incorpora el gen (S) que codifica para la proteína spike de SARS-CoV-2 y la del Instituto Gamaleya de Rusia que utiliza adenovirus humanos no replicantes también con incorporación del gen de la spike del nuevo coronavirus.
  • Las basadas en ARNs mensajeros, como la de Pfizer que utiliza el mRNA del RBD de la spike (sitio mediante el cual el virus se une al receptor ACE2 en la células a infectar) y la del Laboratorio Moderna que utiliza mRNA codificante de otra región de la spike.
  • Las de virus inactivados, por ejemplo, la de Sinopharm (China).

-¿Cuál es la importancia de la vacuna en este contexto de pandemia?

-La vacuna será fundamental para brindar protección inmunológica a la mayor cantidad de personas posibles alrededor del mundo, lo que posibilitará reducir el número de infecciones y la circulación viral alrededor del mundo.

Luciana Barbini es doctora en Bioquímica, investigadora del CONICET y profesora de la UNMDP.

-¿De qué manera las vacunas permiten la inmunización de las personas?

-Las vacunas, en general, actúan simulando una infección natural, estimulando al sistema inmunológico de la persona vacunada, sin producir enfermedad. Es fundamental la inducción de una “memoria inmunológica” que permitirá posteriormente que, si el individuo vacunado tiene contacto natural con el virus, pueda controlarse rápidamente esa infección y el individuo no se enferme. Dependiendo de la vacuna, actúan fundamentalmente la inmunidad humoral (o de anticuerpos) y la inmunidad celular.

 -En el último tiempo han proliferado discursos antivacunas o desinformación respecto a las vacunas. ¿Las vacunas, que se están aplicando en los distintos países contra el SARS-CoV-2, son seguras?

-Las vacunas que se están aplicando mundialmente han sido aprobadas por los organismos responsables de las aprobaciones en los diferentes países de acuerdo al cumplimiento de las fases que estudian seguridad y eficacia antes mencionadas.

-¿Qué procedimientos en el ámbito académico son importantes para que la comunidad científica tenga confianza en el desarrollo de las vacunas?

-Es importante realizar actividades de divulgación científica en las que profesionales formados en la temática transmitan la información relacionada a las vacunas de manera clara y concisa. Es importante consultar fuentes oficiales de información y trabajos con validez científica. También cumplen un rol fundamental en la colaboración para llevar a cabo las fases III y IV de las distintas vacunas, en la obtención de la información requerida para la aprobación y en el seguimiento de los vacunados.

-¿Qué implica la aprobación de emergencia de una vacuna?

-La aprobación de emergencia implica que dado el contexto de pandemia no se esperan los plazos anteriormente mencionados de la fase III antes de empezar a aplicarla masivamente y que el seguimiento se va realizando a medida que un gran número de personas se van vacunando.

-¿Qué síntomas son habituales luego de aplicarse una vacuna?

-Locales: dolor, hinchazón y aumento de temperatura en el lugar de la inyección.

Generales: reacciones a corto plazo como síndrome pseudogripal de corta duración (caracterizado por escalofríos, fiebre, artralgia, mialgia, astenia, malestar general, dolor de cabeza).

-La aparición de distintas variantes del virus, ¿podría interferir en el funcionamiento de la vacuna?

-Hasta el momento, las diferentes vacunas en uso protegen contra las diferentes variantes que han ido apareciendo a nivel mundial. A pesar de los cambios reportados en ciertos aminoácidos de la spike, la inmunidad conferida por la vacunación logra neutralizar a estas nuevas variantes virales. Sin embargo, es importante destacar que se debe hacer un análisis continuo de la evolución de la diversidad de este coronavirus para evaluar la posibilidad de aparición de variantes de escape a las vacunas.

-¿Cuánto tiempo se estima que las personas estarán inmunizadas con estas vacunas?

-La duración de la inmunidad adquirida mediante la vacunación está actualmente en estudio, pero se estima que sería de aproximadamente un año.

En Argentina, la campaña de vacunación comenzó el 29 de diciembre pasado. Al 5 de febrero, 307.326 personas habían recibido la primera dosis de la vacuna Sputnik V y 163.069 personas habían recibido la segunda dosis./ Foto: argentina.gob.ar

-¿Cuál es la información disponible sobre la vacuna Sputnik V que se está aplicando en nuestro país?

-La vacuna Sputnik V se basa en adenovectores que contienen el gen de la proteína spike del SARS CoV-2. Se administran dos dosis, cada una de ellas con un componente adenoviral diferente (AdV 26 y AdV 5). La segunda dosis debe administrarse luego de 21 a 60 días de la primera. La robustez de la preparación permite su almacenamiento a una temperatura de -18 °C, facilitando su conservación y el cumplimiento de la cadena de frío.

Esta vacuna fue recomendada por la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), que es el organismo encargado de aprobar los diferentes medicamentos o vacunas a nivel nacional, para finalmente ser aprobada por el Ministerio de Salud, antes de empezar a administrarse en nuestro país.

Si bien los resultados de las fases anteriores (I y II) ya habían sido publicados, recientemente se publicó un reporte interino en la prestigiosa revista científica The Lancet acerca de los resultados de la fase III de esta vacuna. En el estudio se incluyeron más de 20.000 participantes. Un 75 % de los mismos recibió las vacunas y se realizó un seguimiento de efectos adversos y adquisición de la infección en los individuos. En base a los resultados obtenidos, la eficacia reportada en este informe resultó ser del 91,6 %. También se informó que el efecto protector de las vacunas se lograba en todos los grupos etarios estudiados.

 

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