Fue confirmado a partir de estudios realizados por científicas del INIDEP. La investigación realizada hasta la fecha sostiene la hipótesis según la cual la mortandad de ballenas se debió a una floración algal nociva en el Golfo Nuevo, ocurrida entre fines de septiembre y principios de octubre.
El Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral (PMSBFA), el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), el Instituto de Investigación de Hidrobiología de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y la Dirección de Fauna y Flora Silvestres de Chubut concluyen que la investigación realizada hasta la fecha sostiene la hipótesis según la cual la mortandad de ballenas se debió a una floración algal nociva en el Golfo Nuevo, ocurrida entre fines de septiembre y principios de octubre.
Entre el 24 de septiembre y el 11 de octubre se registraron 30 ballenas francas muertas, incluyendo 26 adultas y 4 juveniles, en el Golfo Nuevo de Península Valdés. De las ballenas adultas 19 eran hembras, 2 machos y 5 no identificados, y de los juveniles 1 era macho y 3 no identificados.
Investigadores del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral (ICB y UC-Davis) realizaron necropsias de las ballenas que fueron seleccionadas en función de su menor estado de descomposición y su mayor accesibilidad. La mayoría de las restantes ballenas varó en sitios de muy difícil acceso, o bien en playas que son de uso público. En las áreas de uso público los exámenes forenses completos de ballenas no están permitidos por regulaciones provinciales y municipales, por prevención sanitaria. En algunos casos las ballenas debieron ser remolcadas a otras playas para ser examinadas, y en otros esto no fue posible por limitaciones logísticas al tratarse de animales de gran tamaño, por lo que no se realizaron las necropsias. Sin embargo, se realizó el examen externo de cada animal detectado.
En total, se llevaron a cabo necropsias de las 6 ballenas que se hallaron en las mejores condiciones para realizar diagnósticos confiables. Además, se colectaron muestras parciales, sin abrir cavidades, en otras 3 ballenas que se encontraron en áreas de uso público y no pudieron ser remolcadas hacia otro sitio. No fue posible colectar muestras de 13 ballenas: 4 que vararon en áreas de uso público y 9 que estaban en avanzado estado de descomposición al momento del hallazgo o fueron removidas por el mar antes de ser examinadas. A la fecha se continúa trabajando para examinar las 8 ballenas restantes, todas encontradas en avanzado estado de descomposición y en playas aisladas y de difícil acceso en el Golfo Nuevo.
El acceso a estos sitios requiere traslados del equipo de investigación por mar y/o prolongadas caminatas, y los medios disponibles son muy limitados para hacer frente a una situación excepcional como la actual.
Hallazgos de las necropsias
De acuerdo con los reportes previos de veterinarios y biólogos del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, las ballenas examinadas se encontraban en condición corporal excelente, con un correcto espesor en su capa de grasa aislante y abundante presencia de grasa en cavidad abdominal y en diferentes tejidos internos.
Las 6 ballenas necropsiadas tenían contenido en el aparato digestivo, indicando que se habían alimentado recientemente previo a su muerte. Ningún ejemplar presentó evidencias de lesiones anormales ni heridas traumáticas que expliquen su muerte.
Análisis de contenido gastrointestinal de las ballenas muertas
Las muestras de contenido estomacal y/o intestinal de 5 ballenas fueron analizadas por la Oceanógrafa Viviana Sastre y la Dra. Norma Santinelli en el Instituto de Investigación de Hidrobiología de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco de Chubut. Los principales hallazgos en estas muestras fueron diatomeas de la especie Pseudo-nitzschia australis en 2 ballenas, células compatibles con el dinoflagelado Alexandrium complejo catenella/tamarense en 2 ballenas, fragmentos de copépodos en 3, otras diatomeas sin identificar en 3, y formas compatibles con células de dinoflagelado sin identificar en 1 ballena.
Algunas diatomeas Pseudo-nitzschia spp. y el dinoflagelado Alexandrium complejo catenella/tamarense pueden aumentar significativamente durante floraciones algales nocivas (FANs) y son potenciales productoras de biotoxinas. Pseudo-nitzschia spp. puede producir la neurotoxina ácido domoico, que origina Intoxicación Amnésica por Moluscos y Alexandrium complejo catenella/tamarense produce el grupo de las saxitoxinas (saxitoxina, neosaxitoxina, gonyautoxinas) que ocasionan Intoxicación Paralizante por Moluscos.
Análisis de biotoxinas en muestras de las ballenas muertas
Se analizaron diferentes tejidos y fluidos de 8 ballenas, incluyendo hígado, riñón, orina, sangre, humor acuoso del ojo y contenido intestinal, entre otros. Los análisis fueron realizados por la Lic. Nora Montoya y la Bioq. Belén Mattera del Programa de Química Marina y Marea Roja en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) de Mar del Plata. Las muestras fueron pre-procesadas en instalaciones del CESIMAR, CCT CENPAT, CONICET de Puerto Madryn por profesionales del INIDEP, IBIOMAR y el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral.
Todas las muestras resultaron negativas a ácido domoico, neurotoxina productora de intoxicación amnésica de moluscos, hallazgo corroborado por dos métodos de detección, HPLC -UV y espectrometría de masas.
Sin embargo, sí se encontraron concentraciones detectables de Toxina Paralizante de Moluscos en diversos tejidos y fluidos de 5 de las 6 ballenas analizadas para esta toxina. Las toxinas detectadas fueron neosaxitoxina en orina de 2 ballenas y en contenido intestinal de 1 ballena, en la cual además se halló saxitoxina y gonyautoxinas (estas en menor medida) y también saxitoxina en contenido intestinal de 1 ballena e hígado de 2. No se detectaron toxinas en muestras de riñón ni en sangre de 1 ballena. Restan analizar algunas de las muestras disponibles, así como avanzar con la cuantificación de los niveles de toxinas encontrados.
El rol de las biotoxinas
Existen registros en el mundo de intoxicación y muerte de fauna marina, muchas veces afectando un gran número de animales, por ingestión de las mismas biotoxinas paralizantes que fueron halladas en los cuerpos de las ballenas que murieron en Península Valdés.
Los diversos organismos marinos pueden tener varios roles en la red trófica respecto a la exposición e impacto de las toxinas algales: pueden ser vectores, víctimas o ambos. Debido a las implicaciones de las toxinas para la salud humana, el papel de los bivalvos, como cholgas y mejillones, está bien documentado. Por el contrario, aquellos organismos que no son vectores tradicionales de intoxicación en humanos son poco estudiados y la mayor parte del conocimiento actual se generó a partir de eventos tóxicos relacionados con la mortandad de peces, mamíferos y aves marinas y por lo tanto es escaso. Como las inundaciones, terremotos e incendios forestales, estas catástrofes naturales casi siempre son impredecibles.
Por las dificultades propias de su investigación, se desconocen las dosis letales de biotoxinas para grandes cetáceos, como la ballena franca austral. Se destaca la necesidad de continuar los monitoreos de floraciones algales nocivas y las condiciones ambientales en el medio marino que permitan entender mejor estos fenómenos.
Conclusiones
En virtud de lo expuesto, el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, el Instituto de Conservación de Ballenas, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), el Instituto de Investigación de Hidrobiología de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y la Dirección de Fauna y Flora Silvestres de Chubut concluyen que:
La investigación realizada hasta la fecha sostiene la hipótesis según la cual las ballenas murieron durante una floración algal nociva en el Golfo Nuevo, ocurrida entre fines de septiembre y principios de octubre.
Los factores que sostienen esta conclusión preliminar son:
– Las primeras 6 ballenas murieron próximas entre sí y en el transcurso de tan sólo 4 días.
– Las muertes ocurrieron de forma aguda y todas las ballenas examinadas presentaron evidencias de ingesta reciente de alimento.
– Las ballenas muertas estaban en buena condición corporal, con una gruesa capa de grasa aislante y abundante grasa abdominal, y sin evidencias de lesiones traumáticas externas o internas.
– Las ballenas examinadas habían ingerido diatomeas Pseudo-nitzschia spp. y/o dinoflagelados del género Alexandrium complejo catenella/tamarense, productores de biotoxinas capaces de causar la muerte de aves y mamíferos marinos, incluyendo grandes ballenas.
– Se encontraron biotoxinas del grupo Paralizante de Moluscos tanto en el contenido gastrointestinal como en diversos tejidos y fluidos de las ballenas muertas examinadas.
– Las muertes afectaron principalmente a hembras adultas, la clase de edad con la mayor demanda energética por estar amamantando a sus crías en los golfos de Península Valdés, y que suele alimentarse de plancton en primavera.
– La muerte de las ballenas se solapó en tiempo y espacio con una floración algal nociva y valores muy elevados de biotoxinas del tipo paralizante en moluscos bivalvos y plancton en el Golfo Nuevo.
– En simultáneo con la mortalidad de ballenas se registraron muertes en aves marinas y lobos marinos, en los que también se comprobó presencia de Toxina Paralizante de Moluscos en cantidades significativas.
– Desde el 10 de octubre no se han registrado nuevas muertes de ballenas, lo que coincide con un marcado descenso en la abundancia de la especie productora de toxinas paralizantes en el plancton y en los niveles de biotoxinas en moluscos del Golfo Nuevo.
Fuente: INIDEP.