Notas

Hidra, entre la fragilidad y la “inmortalidad”

Hidra, entre la fragilidad y la inmortalidad

La bióloga y becaria posdoctoral de CONICET Mar del Plata, Irene Deserti, estudia la presencia de estos pequeños organismos en lagunas del sudeste bonaerense. En diálogo con Citecus, describe lo que sabe la ciencia sobre estos llamativos invertebrados.

 

Por Agustín Casa /

¿Puede un pequeño invertebrado ser frágil y a la vez “inmortal”? Parece un oxímoron. Pero la hidra reúne cualidades asociadas a ambos adjetivos.

Las hidras son organismos acuáticos muy pequeños. Suelen tener entre pocos milímetros y 20 mm de largo y de 0.3 a 1 mm de ancho. Su cuerpo está compuesto por casi un 90 % de agua. Y se fijan al sustrato en cuerpos de agua dulce. Son organismos cosmopolitas que están presentes en casi todos los continentes, a excepción de la Antártida. Pueden encontrase en lagos, lagunas, charcas, ríos y arroyos.

Una hidra (género Hydra) es un pólipo solitario que tiene forma de tubo hueco (columna) y que posee una corona de tentáculos contráctiles, también huecos, que rodea la boca (hipostoma)”, cuenta a Citecus Irene Deserti, doctora en Ciencias Biólogicas y becaria posdoctoral del CONICET en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC), de la UNMDP y el CONICET.

La bióloga necochense -radicada en Mar del Plata- señala que “estos tentáculos varían en número, apariencia y largo dependiendo de la especie, y son los principales responsables de la captura de alimento, ya que se encuentran compuestos por baterías de unas células especializadas denominadas cnidocistos”. Y añade: “Poseen cuatro tipos distintos de cnidocistos, cada uno con una función bien definida (adhesión, alimentación, defensa)”.

Deserti indica que “un pólipo es un organismo con forma de tubo cerrado por el extremo inferior -por el cual está sujeto al sustrato- y abierto por el otro extremo en una boca rodeada de tentáculos” y destaca: “Los pólipos pueden hallarse adheridos a plantas acuáticas palustres, de la carpeta vegetal flotante o sumergida. En las costas, y debido al embate de las olas, suelen hallarse entre las oquedades de las rocas y, para el caso de ríos o arroyos de aguas rápidas, se distribuyen en los fondos, adheridos a troncos, piedras y vegetales”. Además, aclara que las hidras “viven juntas, pero cada pólipo es un ente independiente, no depende de otro”.

“Si bien tiene un pedúnculo que las puede anclar al sustrato, la hidra tiene la capacidad de desprenderse y moverse a través de la corriente de agua. También en su pedúnculo tienen la capacidad de generar una burbuja de dióxido de carbono que las hace livianas. Ellas suben y flotan en la columna de agua. Van hacia arriba. Normalmente esto lo pueden utilizar para buscar alimento. Luego, pueden explotar esa burbuja y vuelven a caer otra vez en la columna de agua, para nuevamente volverse a adherir”, detalla.

En nuestra región, las hidras pueden hallarse en la laguna de Los Padres (partido de General Pueyrredon), la laguna La Brava (partido de Balcarce) y la laguna Nahuel Rucá (partido de Mar Chiquita).

“En esos tres lugares he muestreado para mis tesis y las he encontrado. Pero están presentes en todos los cuerpos de agua dulce, en lo posible con poco movimiento de agua. En ríos y arroyos, por ejemplo, están presentes en aquellos lugares donde la corriente es un poco más ligera”, afirma.

Irene Deseri
Deserti realiza estudios posdoctorales sobre la hidra en el Laboratorio de Biología de Cnidarios (LABIC) del IIMyC, que funciona en el complejo universitario de la UNMDP.

Una gran capacidad regeneradora

La hidra es uno de los pocos cnidarios de agua dulce. Casi la totalidad de las especies de este grupo viven en el ambiente marino. Si bien pertenecen a la clase Hydrozoa, no presentan forma de medusa.

“Incluso en el pólipo se dan ambas reproducciones, la asexual y la sexual. Tienen una alta capacidad regenerativa, que no se encuentra presente en todos los cnidarios”, resalta la bióloga sobre la hidra.

Suele decirse que las hidras son “organismos inmortales”. Sobre esta afirmación, Deserti detalla: “El profesor Daniel Martínez reportó hace más de diez años que Hydra vulgaris no envejecía. Después de estudiar esta especie durante años, vio que lucían tan bien (o jóvenes) como el primer día. Sus células no mostraban signos de deterioro. Por eso se dice que las hidras son eternamente jóvenes y potencialmente inmortales”.

“Este ´poder´ se encuentra en sus células madre –continúa–. Gracias a ellas, puede regenerarse, recuperar partes dañadas y reproducirse sin sexo, generando pólipos totalmente independientes que son clones de su progenitor”.

En este sentido, la especialista destaca que debido a sus células madres, las hidras poseen una capacidad de renovación ilimitada. “Si cortamos una hidra a la mitad, su memoria celular tiene la capacidad de regenerar la porción faltante. Es decir, si cortamos un pólipo a la mitad, en algunas horas tendremos dos pólipos totalmente regenerados y funcionales. Lo mismo pasa con ciertas partes del cuerpo que se detectan como dañadas y que pueden reemplazarse fácilmente (por ejemplo, los tentáculos)”, explica.

Otra particularidad es que no es posible determinar la edad que tienen. En esta línea, Deserti comenta: “(Martínez) tiene unas hidras desde hace diez años en ambientes controlados. Obviamente es una situación hipotética, porque eso no sucede en el ambiente natural. Pero él tiene todas las condiciones controladas en esa pecera, las analiza y no les encuentra, a nivel molecular, signos de envejecimiento. Esas hidras uno dice que son inmortales porque hace diez años que están igual. En el ambiente natural eso no pasa porque están expuestas a depredación, parasitismo, y falta de alimento”.

Hydra viridissima
Hydra viridissima tiene dentro de los tejidos clorelas simbióticas, un alga unicelular que hace fotosíntesis. Eso le da color verde.

Pequeñas depredadoras

En cuanto a su dieta, las hidras son activas depredadoras. Algunos especialistas las consideran organismos pescadores. “La posesión de cnidocistos les permite capturar alimento sin un equipo sensorial complejo, sin órganos sofisticados de captura y sin tener que perseguir a su presa. Sin embargo, estudios actuales han demostrado que pueden elegir a sus potenciales presas por el tamaño, y este hecho, en sumatoria a su agresividad predatoria, ha postulado a las hidras como importantes estructuradoras de las comunidades zooplanctónicas dulceacuícolas”, asegura Deserti.

En este punto, la bióloga remarca: “Uno ve a la hidra tan debilucha, tan chiquita y tan frágil. Sin embargo, es un animal que predatoriamente es muy activo. Sus tentáculos cuelgan y funcionan como pescadores. Y a mucho de lo que pasa por ahí, descarga sus cnidocistos, se pega y lo ingiere”. Y destaca que ingieren incluso organismos más grandes que su propio cuerpo.

Su fragilidad

Así como se destaca su alta capacidad de regeneración y su posibilidad de reproducción sexual y asexual, la hidra puede ser lastimada por zooplancton de mayor tamaño y se ve amenazada por cambios en los cuerpos de agua.

Algo que barra la superficie de la vegetación donde está adherida, puede llegar a deshacerla completamente y que esa desintegración sea lo suficientemente grande para que no pueda regenerarse”, sostiene Deserti.

Además, agrega: “Hidra es un organismo que no se encuentra en ambientes que estén altamente contaminados. Es un organismo que se utiliza como bioensayo en estudios ecotoxicológicos. Vos podés poner pólipos de hidras a diferentes concentraciones de diferentes compuestos y la hidra va a mostrar cambios morfológicos graduales que están estandarizados”.

La familia de las hidras

Sobre el estudio de las hidras, la becaria posdoctoral del CONICET indica: “Estudiar este grupo zoológico nos permite conocer cuál es el rol de las hidras en un ambiente tan cambiante como el de las aguas dulces. Conocer su alimentación, su distribución espacial dentro de los cuerpos de agua, qué factores limnológicos favorecen su aparición, y cómo se asocia con los restantes organismos de su comunidad, es parte de la entramada red biológica que conforma un ecosistema”.

Existen varias especies de hidra. Según Deserti, hay cuatro géneros de agua dulce y en Argentina se han registrado los cuatro, algo que se repite en Uruguay y Brasil. “Sudamérica tiene los cuatro grupos representados en la bibliografía oficial”, resalta.

Uno es el género Hydra, el más común y el más registrado a nivel mundial. A su vez, este género se divide en cuatro subgrupos. En la región, Deserti solo ha registrado dos especies (Hydra vulgaris e Hydra viridissima) y una subespecie (Hydra vulgaris pedunculata).

Hydra vulgaris es la hidra marrón, la más cosmopolita de todas, e Hydra viridissima es la hidra verde, que también es muy cosmopolita y que se diferencia de las marrones porque dentro de sus tejidos tienen clorelas simbióticas. La clorela es una especie de alga unicelular que está dentro de los tejidos de la hidra y hace fotosíntesis. Por eso tiene ese color verde brillante. Ese verde se lo dan las clorelas. El marrón que vemos en Hydra vulgaris se lo da básicamente de lo que se alimenta. Hay algunas hidras marrones que se han visto hasta de colores más bien anaranjados o colorados, que se lo dan los copépodos o los isópodos que ingieren, que son microorganismos del zooplancton que tienen esas coloraciones”, describe.

Hydra vulgaris
Hydra vulgaris es la más cosmopolita de las hidras. Suele verse de color marrón.

Estudiar las llamativas hidras

Desde su etapa de estudiante, Deserti tuvo interés por las medusas y otros cnidarios. Mientras cursaba la materia Biología de Cnidarios en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNMDP se enteró de que nadie estudiaba las hidras en esta región y que, en general, los cnidarios de agua dulce habían sido poco estudiados en el país. Fue así que inició sus tareas de investigación en la temática.

Primero hizo una pasantía, durante la cual ordenó y leyó la bibliografía disponible sobre el tema en nuestro país, y luego realizó relevamientos faunísticos para su trabajo de tesis. Posteriormente, llevó adelante su doctorado sobre la temática y, en la actualidad, encara sus estudios posdoctorales sobre la hidra en el Laboratorio de Biología de Cnidarios (LABIC) del IIMyC.

En los últimos meses, hizo una estadía de investigación en Brasil, con el objetivo de retomar los estudios de estos organismos de agua dulce, que habían sido discontinuados en el país vecino. La bióloga necochense realizó sus muestreos en el Laboratorio de Evolución y Diversidad Acuática (LEDA), en el campus Bauru de la Universidad Estadual Paulista.

Irene Deserti
En los últimos meses, la doctora en biología hizo una estadía de investigación en la Universidad Estadual Paulista, en Brasil.

 


Citecus es un sitio web independiente y autogestionado dedicado a la comunicación de temas de ciencia, tecnología y sustentabilidad. Si te gustan las notas que publicamos, podés colaborar a través de la plataforma Cafecito para que podamos generar más contenido de calidad.

Invitame un café en cafecito.app


También te puede interesar:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *